Góngora, Bañados y Pohlhammer: La TV, los 90 y los futboleros

Cine Video, el Show de lo Libros y El Mirador. La televisión cultural se posicionaba en TVN desde 1992 de la mano de Augusto Góngora como cerebro de todo y conductor del primero de los programas, además de Patricio Bañados, Antonio Skarmeta y otros que lo ayudaban tras las cámaras, como el cineasta Marcelo Ferrari. La televisión de Góngora se metía en el nicho de los grandes estelares de Canal 13 y la aparición de Megavisión y La Red, televisión entretenida.

Lo de Góngora era una apuesta total post dictadura. Por eso mismo, sus programas, salvo El Mirador de Patricio Bañados, iban en segunda franja del prime, ya pasada la medianoche. A esa hora se competía con poca televisión de factura local, justamente el horario en que los futboleros de los 90 disfrutaban del fútbol alemán, argentino o brasileño que transmitía UCV y RTU con varios días de desfase. Sin internet, esos partidos se veían como si fueran en vivo, y, mejor aún, en un compacto de una hora con solo lo más trascendente de los encuentros.

Así, Góngora y Bañados pasaron a ser una especie de enemigos de lo juguitos de pelota en época donde era habitual solo un televisor por casa. Lo curioso es que ambos «enemigos», pese a ser reconocidos como grandes intelectuales, eran también amantes del deporte rey. Góngora, fanático de Colo Colo y con mejor facha que los futbolistas de los 70 y 80. Muchas lo preferían por sobre los atletas de la época tras su incipiente fama ganada con sus apariciones en Teleanálisis, uno de sus grandes legados a la historia viva de nuestro país. Ya de grande, fue un jugador de Liga, de la Bilbao-Holanda para ser exactos. Era una de las figuras del equipo Los Playboy, donde compartía con Fernando Paulsen, entre otros. Para muchos, era el mejor de todos. 

Patricio Bañados, por su parte, también tenía décadas ligadas a la actividad que tanto amaba. Prácticamente era un histórico del fútbol chileno por su nexo entre el fútbol y la naciente televisión de los 60. Su currículum futbolero lo resume Cristián Arcos en su columna del diario AS. “Su voz fue la primera en acompañar los relatos del Mundial de 1962 jugado en nuestro país, en las incipientes transmisiones televisivas. Cuatro años después, Bañados fue el locutor central para Latinoamérica de las transmisiones de la BBC para el Mundial de Inglaterra 1966. El legendario relator colombiano, Andrés Salcedo, no tenía empacho en reconocer que su gran influencia era un narrador chileno, poseedor de un estilo muy diverso al suyo, pero dueño de una voz inigualable, un eximio uso del lenguaje y un bagaje cultural que siempre, pero siempre, siempre, suma en cualquier relato. También acompañó al equipo chileno de Copa Davis en la legendario semifinal contra Suecia, con protestas activas contra la dictadura.

Su relato pausado acompaña además varios goles históricos de la selección chilena en Clasificatorias y Copa América, como el gol imposible de Jorge Aravena a Uruguay rumbo a México 86. En los 90, en medio de sus días en El Mirador, fue hombre ancla en las transmisiones de EEUU 1994 y Francia 1998, esa pega de moderador  que hacía Javier Miranda, Juan Guillermo Vivado y Guayo Riveros en Canal 13, y César Antonio Santis, Benjamín Palacios y Alejandro Guillier en TVN. Cote Evans y Rodolfo Baier tomaron ese rol en Chilevisión para el mundial galo que tuvo a la Roja de los Za-Sa.

Dentro de esos días del Mundial de EEUU 1994 también irrumpía con fuerza, y con polémica, el intelectual Erick Pohlhammer. Intelectual, pero futbolero como ninguno. Hincha fanático de Universidad Católica y un habitué en San Carlos de Apoquindo. Llegó a ser contertulio del equipo en el Show de Goles de CDF. En pleno mundial de 1994 se peleó en vivo con Javier Miranda por hablar muy poco de fútbol en uno de los programas satélite del EEUU 94, «Lo Mejor del Mundial». También fue jurado de Cuánto Vale el Show, donde siempre se dio tiempo para comentar el resultado de los cruzados el fin de semana. Hacía lo propio en sus apariciones en el Late de Julio César Rodríguez, considerado por el Jota Cé que le dicen como el mejor panelista que ha tenido. Y eso que ha tenido varios.

Pohlhammer era sobrino de Sergio Livingstone, jugó en las divisiones inferiores de Ferrobadminton y, silenciosamente, participó en un concurso de poesía deportiva organizado por la extinta revista Don Balón. No fue sorpresa que se haya quedado con el premio a la mejor obra de todas las que llegaron aquel año 1993. El fútbol lo apasionaba y buscaba siempre la forma para terminar hablando de la actividad.

Góngora, Bañados y Pohlhammer se fueron este 2023 con muy poco tiempo de diferencia. Eran intelectuales, comprometidos, creadores por esencia. Fueron parte de nuestros años 90 y también fanáticos del fútbol, incluso fanáticos del fútbol antes que intelectuales. Y como alguien escribió por ahí, a ninguno se le cayó ninguna corona por reconocerlo y vivirlo apasionadamente. Dicen que siempre se van de tres. La vida metió en un par de minutos un 3-0 de esos que duelen.