Sobrepeso en el fútbol: La semana en que el medio chileno se hizo un festín con Rozental

Era por lejos el mejor jugador del torneo chileno. Venía de hacerle dos goles a Universidad de Chile en un 5-2 durante la segunda rueda del Torneo Nacional. Era el jugador franquicia del campeonato tras la partida de Marcelo Salas a River Plate, e incluso desde antes. Era número puesto en la Roja ante Uruguay luego de que Iván Zamorano, el 9 del Inter de Milán, quedara suspendido en el 1-2 ante Paraguay en Asunción. Lo querían de la Premier League, pero ya se fraguaba el contrato con el Glasgow Rangers en una cifra histórica para el fútbol chileno. Era Sebastián Rozental, el niño que habíamos conocido en el Mundial Sub 17 de Japón 1993 y que a los 20 años ya era un jugador aprobado en Sudamericanos, Mundiales infantiles, juveniles, Copa Libertadores y Selección Adulta.

Pese a todos los logros, pese a venirse un partido de vida o muerte ante Uruguay en el estadio Nacional, la prensa chilena se tomó de unas declaraciones a la pasada del entrenador Nelson Acosta para hacerse un festín con el rubio delantero de Universidad Católica.

Era noviembre de 1996. Zamorano, como ya se dijo, estaba suspendido. Acosta no se hacía problemas. Rozental y Salas eran seguros para jugar ante la Celeste. La duda era si incluía un tridente con Ivo Basay, a poco de ser campeón con Colo Colo, o a Luis Pérez, el socio perfecto de Rozental en el segundo semestre de la UC de 1996.

Finalmente un amistoso ante O’Higgins en Rancagua inclinó la balanza para Luis Pérez, sin embargo unas declaraciones de Acosta sobre Rozental cambiarían la agenda de la semana. Dando por descontado que el 22 de los Cruzados era un jugadorazo, Don Nelson quiso opinar desde la experiencia, desde lo Viejo Zorro que era. Acosta López declaró que Rozental debería cuidar su grasa corporal y afinar su cintura para poder triunfar en los grandes del fútbol europeo que andaban tras de él. En ningún caso dejaba en duda la titularidad del rubio ante los charrúas. Solo quiso aportar.

Pero arruinó. Los medios de la época se tomaron de esas dos ideas, “grasa corporal” y “afinar la cintura” para hacerse un festín con el jugador en la previa del Chile – Uruguay. En los medios se llegó a hablar de “obesidad” del mejor jugador del Torneo Nacional y principal producto de exportación tras la partida de Marcelo Salas.

Justamente fue de eso último de lo que se tomó la dirigencia de Universidad Católica para quejarse formalmente ante la ANFP y pedir un castigo para Nelson Acosta por atentar contra la venta de un jugador chileno al fútbol europeo. Era mucho dinero en épocas donde la cantidad de apariciones en los medios deportivos era un ítem a tener en cuenta. Que lo diga El Gráfico de Argentina, principal vitrina para la venta de argentinos al extranjero.

El consejo de tío, de abuelo, de amigo, de Viejo Zorro de Nelson Acosta, había dejado la ídem en los medios chilenos. Hizo gastar varios minutos en radio y TV, varias páginas en radios y revistas, hasta que fue una dura editorial de Don Balón la que aterrizó la polémica y puso la lente en el partido que venía, el que ganó Chile por 1-0 con Gol de Marcelo Salas.