La gran noche de Mario Cáceres cuando River Plate “ayudó” a Colo Colo

Durante el 2002 fueron decenas los amistosos de Colo Colo en el año de su quiebra. De algunos ni los hinchas se enteraban. A mitad de semana viajaban en bus a distintas localidades del país para juntar fondos para el club.

Ese año se jugó hasta con equipos amateurs, pero no fueron pocos los apretones internacionales. Se enfrentó a San Lorenzo, Los Ángeles Galaxy y un recordado partido ante el Leeds United en Australia, con Francisco Huaiquipán pintándole la cara a los ingleses.

El último amistoso internacional de esa temporada fue el 10 de octubre ante River Plate en el estadio Nacional, con el Colo Colo de Jaime Pizarro soñando con el título del Clausura, el que finalmente llegaría.

La Banda Sangre, con Manuel Pellegrini en la banca, llegó hasta Santiago de Chile con un equipo alternativo, pero donde sobresalían José María Buljubasich, Pipino Cuevas post Corea-Japón 2002, Chori Domínguez, un joven Maximilano López, luego jugador del Barcelona de España, y Ariel Garcé, quien el 2010 sería parte de la nómina de Argentina en el Mundial de Sudáfrica y de la icónica bandera “Garcé, traé alfajores”.

Por Colo Colo, el capitán Marcelo Espina se quedaría fuera del amistoso, por lo que Francisco Huaiquipán otra vez asumiría la conducción del equipo, en un año en el que Vicente Principiano, quien llegaba desde Racing de Avellaneda para ser titular con Espina jugando más atrás, ni siquiera pudo ser alternativa del Cabezón.

Esa noche los albos saltaron al césped de Ñuñoa con lo mejor que tenían, salvo Espina y Riffo. Los once de esa noche fueron: Lobos; Mena, Henríquez y Raúl Muñoz (capitán); Millape, Leal, Joel Reyes, Madrid; Huaiquipán; Quinteros y Neira. 

Por River Plate jugarían José María Buljubasich; Gabriel Pereyra, Javier Gandolfi, Matías Lequi y Jersson González; Guillermo Pereyra, Marcelo Gómez; Diego Armando Barrado, Damián Álvarez; Nelson Cuevas y Maximiliano López. Luego ingresarían Ariel Garcé, Alejandro Chori Domínguez y Luciano Leguizamón. 

Una de las figuras de la Banda Sangre fue Damián Álvarez, quien cuatro años más tarde volvería al estadio Nacional con el Pachuca, siendo uno de los mejores jugadores de los Tuzos en la fatídica final de la Copa Sudamericana 2006.

A los 41 minutos sería un autogol del capitán Raúl Muñoz lo que abriría la cuenta para River Plate, justo antes del entretiempo. Entretiempo que sería clave para dar vuelta el partido. Jaime Pizarro, en el camarín, decidiría los cambios de Alonzo Zúñiga  por Rodolfo Madrid y de Mario Cáceres por Manuel Neira. El Petrolero, con solo 45 minutos, se convertiría en la gran figura del partido.

Recién a los 5 minutos del segundo tiempo Raúl Muñoz se reivindicaría con un pivoteo preciso para la aparición del Torito Cáceres, con el 11 en la espalda, quien celebraría a lo Bebeto en EEUU 1994. Su acompañante no sería Romario, sino que Nachito Quinteros.

A los 83 minutos, ya con Nicolás Tagliani en la cancha, el Búfalo Cáceres haría uno de sus mejores goles con la camiseta alba. En una gran jugada personal llevando el balón con la pierna derecha, dejaría a cuanto hombre de River Plate le salió al camino para terminar definiendo de zurda casi en las barbas del Tati Buljubasich. Sería el 2-1 final para los albos, quien luego mandaría a la cancha a Barticciotto y Aceval.

El duelo, arbitrado por Carlos Chandía, contó con 25 mil personas en el estadio Nacional, con una recaudación que sirvió para las alicaídas finanzas albas, y que también fue transmitido por Mega, con relatos de Alberto Tito Fouillioux.