González-Almada 1992: El año que desniveló el Tunga con 9 goles en los últimos 2 partidos

En el año 1992 ni Juan Carlos Almada iba a jugar en Universidad Católica ni Aníbal Tunga González lo iba a hacer en Colo Colo. El verano los encontró a ambos viajando a incorporarse a sus nuevos clubes. Juan Carlos Almada lo hacía hasta Calama para sumarse a Cobreloa, mientras que el rancagüino viajaba por la Panamericana hasta Santiago para fichar por Universidad Católica, tal como lo había pactado con la dirigencia cruzada.

González había sido el goleador de Unión Española en 1991 con 22 goles en 30 partidos, además de integrar la nómina de Chile en la Copa América, anotando en algunos amistosos. Almada, junto a Héctor Adomaitis, había sido la figura de Concepción en la Libertadores 1991, convirtiendo dos goles (ambos a Barcelona de Guayaquil), además de los 21 anotados en 29 partidos en el Campeonato Nacional. Adomaitis a mitad de 1991 se había ido a Colo Colo, y ahora era el turno del melenudo goleador. El Cobreloa de Fernando Cavalleri requería de sus servicios de artillero para todo el año 1992.

El arribo de Almada a Cobreloa se concretó, sin embargo el del Tunga a la Precordillera nunca llegó a producirse. Ya a inicios de 1991, tras su año goleador en O’Higgins, había preferido Unión Española por sobre Colo Colo. No quiso irse a Macul en un paquete junto a Gabriel Mendoza porque económicamente ganaba el club y no él.

Meses después González se contactó con Jorge Vergara y fue a la sede de Cienfuegos en busca de unas entradas para un amigo para la final de la Copa Libertadores. La calle estaba llena de hinchas. La frase de Jorge Vergara, asomado al balcón de la sede, no era al aire: «Para 1992 sí o sí te vienes a Colo Colo. Mira lo que es esto». Llegó 1992 y la plata ofrecida por Universidad Católica iba a ser mucho mayor que la del Colo Colo campeón de América. En San Carlos de Apoquindo se sobaban las manos con la dupla Coke Contreras – Tunga González.

El día de la firma de contrato con la UC, en plena carretera, el dirigente de O’Higgins Juan Baeza cambió la ruta hacia Santa Rosa de las Condes, antigua sede cruzada. En la Norte-Sur se detuvo en una bencinera propiedad de Raúl Ahumada, dirigente de Colo Colo. Ahí se encontraba Jorge Vergara para hacer valer su promesa hecha en el balcón. Pese a que los dineros no aumentaron, el Guatón insistió con la opción de sumar en premios por jugar Libertadores, ir a Japón por la Recopa, Interamericana y Supercopa, ademas de los contactos para una futura venta a México, el sueño del Tunga.

Días después era presentado en la primera Noche Alba de la historia junto a Claudio Borghi y Mario Rebollo, además de John Ahumada y Pedro Arancibia, quienes jugarían poco y nada. Luego llegaría Carlos Gustavo de Luca para jugar Copa Libertadores y Copa Chile. El Torneo Nacional lo seguiría jugando por O’Higgins.

El Tunga llegaba a un equipo donde a inicios de año estaba Patricio Yáñez y Ricardo Dabrowski. Rápidamente el primero entraría en receso y el segundo terminaría retirándose por las lesiones. Quedaría Hugo Rubio, Marcelo Barticciotto y Rubén Martínez. Por esos días Juan Carlos Almada rompía redes en un Cobreloa que era el mejor equipo de toda la primera fase de la Copa Chile, pero que luego se iría eliminado en penales por Antofagasta. La derrota en el clásico regional, además de problemas extrafutbolísticos donde también estaba Luis Guarda, terminarían alejándolo prontamente del club. Almada y Cavalleri se irían de Cobreloa antes del Torneo Nacional. Para el campeonato llegaría José Sulantay y serían campeones.

La UC, que ya había perdido al Tunga González, en Copa Libertadores no tuvo suerte ni con Alejandro Glaría ni con Alejandro Kenig. Ambos partirían y le abrirían el cupo al ahora cesante Juan Carlos Almada para que se sumara a José Cardozo para el Campeonato Nacional. Lo de Almada de ahí en más sería un matrimonio indisoluble con Universidad Católica. Era su lugar en el mundo. Rápidamente comenzó a hacer goles como loco con la 11 en la espalda.

Hasta la penúltima fecha del campeonato 1992, Juan Carlos Almada llevaba 19 goles en la UC y Aníbal Tunga González tenía 15. En esa fecha 29 Cobreloa se consagraría campeón, dejando a Cruzados y Albos como escoltas. Universidad Católica vencería 4-2 a O’Higgins, con solo un gol de Almada, mientras que Colo Colo derrotaría 5-3 a Unión Española con cuatro goles del Tunga Gonzalez. Al cierre de esa fecha los Cruzados tendrían un punto más que el Cacique, mientras que la tabla de goleadores quedaría 20 a 19 a favor del argentino. El Tunga afirmaría después que luego del tercer gol a Unión Española recién se le abriría el apetito para ser goleador del campeonato. Le había costado sentirse titular indiscutido en Colo Colo.

Juan Carlos Almada jugaría los 30 partidos de la UC en ese campeonato. Era el inamovible en ofensiva, mientras que los que alternaban eran Cardozo, Barrera, Luis Pérez, Tupper, el Coke Contreras, Reinoso en la primera rueda, entre otros. En Colo Colo el Tunga era parte de toda la rotación de delanteros. Los mejores momentos fueron con González de nueve y Rubén Martínez a la izquierda. En la última fecha, con ese esquema, y Hugo Rubio en la derecha, se definirían muchas cosas.

En la fecha 30, sin goles de Juan Carlos Almada la UC perdería 3-1 con Everton en el Sausalito. En el estadio Monumental, por su parte, los albos recibirían a Palestino en el último partido profesional de Severino Vasconcelos. Con un gol menos que Almada, comenzaría el show del Tunga, ayudado por el compañerismo de su equipo. Pese a que en los 5 goles no fue tan notorio, durante los 90 minutos Rubio, Martínez y Adomaitis intentaron dejarlo solo frente al portero aunque ellos tuvieran posibilidad de definir. Anotó una vez de penal, una vez Rubio se la cedió cuando él pudo rematar, y en otra Martínez no quiso meter su zurda para que convirtiera González. Fueron 5 tantos del rancagüino en el 6-0 albo para superar por 4 goles a Almada en el Campeonato Nacional. Además, Colo Colo le arrebataría el segundo lugar a la UC.

Oficialmente Aníbal González se consagró goleador del torneo de 1992 con 24 goles en 24 partidos sobre los 20 tantos en 30 duelos de Juan Carlos Almada, sin embargo ambos irían a la Liguilla Copa Libertadores y ahí la cosa se equipararía en el recuento final. Mientras el Tunga solo anotaría una vez en cuatro partidos, Almada lo haría cinco veces en cinco encuentros, ayudado por un partido de definición ante la U. Entre Torneo y Liguilla ambos anotarían en 25 ocasiones. Dos animales del área.

En 1993 al Tunga le cumplirían la promesa y lo venderían al Morelia de México para cumplir con la palabra empeñada por Jorge Vergara. Almada, por su parte, se convertiría en goleador de la Copa Libertadores 1993 con nueve tantos, tres más que sus escoltas. En el Campeonato Nacional, pese a estar hasta fin de año, comunicó tempranamente que para 1994 quería partir. Con poca motivación, dejó su lugar a Luka Tudor en el centro del ataque. Aún así Almada, en el campeonato 1993, se las arregló para anotar otras 8 veces. Desmotivado y todo. Era la hermosa década del 90.