Vicente Bernedo y la noche que tejió el azar

Tenía al frente a Michael Jordan Contreras. Exseleccionado chileno y refuerzo estrella de Universidad de Chile en algún momento. Vicente Bernedo, con 20 años cumplidos en enero, había entrado en la UC para cumplir la enredada regla de los Sub 21 en cancha de Copa Chile. Su ingreso ni siquiera había tenido la venía de Sebastián Pérez, el titular que salió enojado cuando Gustavo Poyet decidió reemplazarlo con una definición de penales ad portas.

El momento de Vicente Bernedo pudo haber llegado antes. En enero del 2020 sufrió una grave lesión cuando chocó con su compañero Alexander Aravena, ambos ascendidos al equipo estelar. El golpe con el pequeño delantero provocó una fractura craneal del joven arquero cruzado. Hasta el día de hoy no se acuerda de nada. El golpe le provocó una inmediata perdida de la memoria. Ahí era el cuarto arquero cruzado, hoy es el tercero.

De lo que sí se acordará es de la definición de penales ante Iquique. No había podido apuntarle al lado, ni con el consejo de Fernando Zampedri, que para él era palabra sacra. Apareció cuando tenía que aparecer, justo después del yerro de Juan Cornejo, el mismo que se había perdido el gol del triunfo en los descuentos.

Ahí estuvo Bernedo en su debut soñado. Haciendo que Zampedri y Buonanotte celebraran como niños en la mediacancha tras su contención. Parecía solo una Copa Chile, pero para la UC es la forma de llegar bien a los octavos de final de la Copa Libertadores. Con ritmo competitivo y ganando. Una ventaja sobre los problemas que atraviesa el Palmeiras, su rival en la Copa.

Bernedo dejó en carrera a la UC. Lo dejó en competencia cuando 180 minutos más valdrán oro en pleno receso de Copa América. Eso lo provocó el veinteañeros arquero. El de las espinillas. El rubio gigantón que juega al arco. El que ataja penales en cadetes, pero que entró por la regla Sub 21, con la esperanza que los 10 “adultos” de cancha marcaran el 5-4. No fue así. Fue triunfo en la lotería de los penales. Es que es el azar el que teje las grandes historias. Tejió la de Bernedo. La noche traviesa de San Carlos.