Sevilla en Chile (I): Cuando en 1990 jugó ante Arica y Naval en 48 horas

La foto que acompaña el texto parece viejísima, pero en realidad es de la década de los 90. Data del domingo 20 de mayo de 1990 en el estadio que hoy conocemos como Ester Roa Rebolledo, pero que para la mayoría de los lectores de Pelotudos es simplemente Collao. En la imagen aparece Leonardo Gajardo, trajinador jugador penquista que supo desenvolverse en todas las posiciones del sector derecho. Su rival de turno es el Sevilla de España, quien pocos días antes había amarrado su clasificación a la Copa Uefa. Cuándo no.

El DT de la escuadra española era Vicente Cantatore, quien cuando dirigía nunca se olvidó de Chile, su segunda patria. Por eso, pese a saber que no eran rivales de primerísimo nivel, aceptó los amistosos contra Arica, Naval, Wanderers, Unión Española y una Selección del Cobre, en una gira que además contemplaba partidos en Perú y Argentina. 

El Sevilla había terminado sexto en la Liga 1989-90 que ganó el Real Madrid. A la semana de finalizar su participación ya estaba en Sudameríca para jugar en Perú ante Alianza de Lima el miércoles 16 de mayo, y luego en Chile el viernes 18 contra Arica en la puerta norte de Chile. Otra vez solo dos días después lo haría en Concepción ante Naval, que “cedía” su localía en El Morro de Talcahuano. De Morro a Morro hubiera sido. A Cantatore le habían dicho que sería el lunes 21, pero ya en Chile le confirmaron que era un día antes. Ya estaban acá, nada que hacer.

Para el primer duelo, la Arica de Hugo Solís, que en ese año se encontraba en Segunda División, se reforzó con Severino Vasconcellos desde Palestino. Poco pudo hacer el brasileño ante los ocho mil personas que llegaron al estadio Carlos Dittborn. Fue 4-1 para el Sevilla, equipo que tenía un cruce del Atlántico a cuestas y siete titulares menos, la mayoría ad portas de participar en Italia 90, como el arquero soviético Dassaev, el uruguayo Pablo Bengoechea, el austríaco Anton Polster y los españoles Manuel Jiménez y Rafa Paz. Pese a un primer tiempo malo, el segundo fue un paseo. A los 38’ Andrades abrió la cuenta, y a los 42’ igualó Hermes Navarro para los chilenos. Ramón a los 51’ y Salguero a los 72’ y 83’ pondrían el 4-1 definitivo. El arquero Jaime Tejeda, que había ingresado en el entretiempo, y el zaguero Lindorfo Sepúlveda, poco y nada pudieron hacer.

De inmediato el Sevilla se movió hasta la Octava Región, que en mayo de ese año recibió mucha lluvia. El vuelo fue complicado y el estado de la cancha catastrófico. Si el pasto del Norte estaba muy malo por el sol, en Concepción la lluvia de horas anteriores dejó el césped al borde de la suspensión, sobre todo porque era el partido de fondo de reunión doble donde Fernández Vial venció 2-1 a un joven equipo de Colo Colo por el Torneo de Apertura . Ya estaban ahí, nada que hacer. Hubo que borrar las líneas de los penales largos y marcar mejor la de las áreas

En Collao el partido fue derechamente malo, al punto que los 7.887 personas que llegaron a ver al Cañoncito en un apretón internacional pifiaron a ambos a equipos por largos tramos del partido. El mejor fue el corredor Óscar Lee Chong, a quien el barro de la cancha no le hizo ni cosquillas. El Chico Arturo Jauregui no pudo decir lo mismo. No pudo hacer jugar al equipo capitaneado por Héctor Roco y dirigido técnicamente por Luis Ibarra.

El resultado fue 1-0 para Sevilla con gol a los 45 minutos de Ramón, la figura de los partidos en Chile y gravitante en la Liga Española 1989-90. Cantatore tomó el guante de las pifias y pidió perdón. “Soy el primero en lamentar que este partido haya sido tan malo. Primero porque en esta zona, en Concepción, yo me inicié como técnico, y porque Sevilla no demostró lo que realmente es. Claro, le faltan siete de sus puntales, pero así y todo reconozco que no gustó y menos en un terreno donde fue difícil pararse”, dijo Cantatore.

Tras esos dos partidos el Sevilla iría hasta Argentina, para luego volver a Chile para jugar con Wanderers el martes 29 de mayo en Playa Ancha, y luego ante Unión Española en el Santa Laura y una Selección de Cobre en Rancagua, pero esa segunda parte de la gira es material para otra historia.