El jueves 16 de enero de 1992 la Selección Chilena Sub 23 se preparaba para jugar el Preolímpico de Paraguay rumbo a los JJOO de Barcelona. En el estadio Nacional enfrentaban a México en un amistoso con la oncena que más se asemejaría a la del debut con Uruguay el 4 de febrero. El DT Arturo Salah no podría contar con los colocolinos Miguel Ramírez, Agustín Salvatierra y Leonel Herrera, además del hispano Marcelo Vega, quien no se alcanzó a recuperar de una operación. A cambio los albos cedieron a Reinaldo Hoffman, Nelson Sandoval y Leonardo Soto. También estaban Musrri, Parraguez, Barrera, Ponce, Juan Castillo, entre otros.
El lateral derecho de esa Roja era Patricio Troncoso, de 22 años. Pelo claro, medio crespo. Un potente marcador que había debutado en 1990 en Primera División con Palestino, y que en 1991 sumó 16 partidos. Asomaba como titular indiscutido en la Roja Sub 23, pero en ese amistoso ante México fue el más bajo del partido. Ese duelo fue televisado, y las críticas afloraron, tanto en la transmisión como en la cancha. En el entretiempo fue reemplazado por el osornino Cristián Riadi.
Troncoso, rendidor defensor, sabía por qué había estado tan bajo. Una molestia no le había dejado cumplir su labor en la defensa junto a compañero Héctor Robles, además de Hoffman y Ponce. Terminado el encuentro iría a un centro de salud a hacerse exámenes por sus dolencias. El diagnóstico lo dejaría fuera del Preolímpico y del fútbol, al menos por un tiempo. Tenía un cáncer testicular. A las pocas horas nacería su hijo.
Tras los exámenes, las primeras informaciones fueron esperanzadoras. El 5 de febrero el presidente árabe Fernando Lama informaba que el cáncer estaba muerto, por lo que la recuperación avizoraba favorable. Los gastos médicos iban a costar 12 millones de pesos de la época. Rápidamente Colo Colo donó dos millones de la recaudación de un amistoso con Saint Gallen en Rancagua.
Con un ya delgado Patricio Troncoso en las tribunas, Palestino y la UC jugaron en su honor la “Copa Por la Vida” el miércoles 12 de febrero en el estadio Santa Laura. Para esa altura la Roja ya estaba eliminada, y en Paraguay se disputaba la fase decisiva en busca de los cupos a Barcelona 92. Troncoso ahora jugaba otro partido, buscaba otro trofeo. Marcelo Corrales le dedicaría a su amigo los dos goles del amistoso entre tetracolores y cruzados, mientras Fernando Lama, aseguraba que no se preocuparan por el dinero. Que si era necesario mandarlo a EEUU, el club lo haría. Afortunadamente, tras los análisis preliminares, eso no iba a ser necesario.
Sin embargo el primer diagnóstico no fue el definitivo. La situación empeoró y el 28 de junio de 1992, cinco meses y 12 días después de la detección, la muerte se llevó al Pato Troncoso. El club árabe, hizo todo lo que estuvo a su alcance. Junto a sus futbolistas, dirigentes de la colonia árabe, el Ministerio de Vivienda y la Municipalidad de La Cisterna se encargaron de ayudar a su esposa y su bebé recién nacido.
Troncoso siguió y sigue presente entre los hinchas árabes. La primera barra oficial de Palestino fue bautizada como Patricio Troncoso. Era una de la grandes promesas del club a inicios de los 90 y titular en una selección preolímpica que posteriormente puso a algunos jugadores en Francia 98 y a otros tantos en el proceso clasificatorio. Ahí también destacaba Troncoso, el rendidor lateral derecho que se nos fue antes de tiempo.