El chileno de Ñublense que sufrió por sus excompañeros del Manchester City

Sebastián Vegas en Barcelona, Marcelo Allende en Arsenal, Benjamín Kuscevic en Real Madrid, Martín Arenas en Villarreal, Nicolás Millán en Chelsea, Franco Lobos en el Celta, Andrés Robles en Atlético Madrid o Simón Ramírez en el Benfica. Muchos son los futbolistas chilenos con paso por los mejores equipos del mundo en su época de juveniles. Otro de ellos es el volante Branco Provoste, formado en Colo Colo y hoy en Ñublense. Con 14 años y 11 meses fue el más pequeño de la Roja Sub 17 que jugó el Sudamericano de Paraguay en 2015. Tras eso, viajó a Inglaterra y estuvo en las juveniles de Manchester City, que por ese entonces dirigía Manuel Pellegrini, quien visó la llegada de la promesa chilena. En Colo Colo seguía jugando en la Sub 15, haciendo “desastres” en el tridente que también componían José Aguilera y Zedrick Vega, y que era dirigido por Claudio Rojas.

Branco Provoste (14-04-1999) recibió una invitación de 10 días de parte de los “ciudadanos”, quienes se maravillaron con él en Paraguay, pese que la Roja tuvo un mal desempeño. Provoste fue el mejor de ese equipo y, si bien no sacó pasajes para el Mundial, sí lo hizo para Manchester. En el equipo donde había jugado David Pizarro, y donde un año más tarde llegaría Claudio Bravo, estuvo entre el 18 de agosto y el 28 de agosto de 2015. Ahí compartió con Jadon Sancho y Phil Foden, justamente con quienes mejores se llevó. Hoy ambos son cracks mundiales, uno en el Manchester United, y ya con un paso por el Borussia Dortmund, y Foden en el mismo City. «Es un recuerdo lindo porque era muy niño. Me sorprendió mucho la infraestructura del club y el nivel físico de los jugadores, pero la mejor sensación que me quedó es que tuve el nivel para jugar partidos y hacerlo bien», contaba el 2020 a AS, cinco años después de su paso por la City Football Academy.

“En esa oportunidad, el ex Colo Colo enfrentó al Blackburn Rovers en la Premier League U16. El Manchester City logró un triunfo por 4-1, con dos asistencias del chileno”, contaba la publicación. «Recibí buenas críticas por parte de las personas que me llevaron», recordaba el futbolista. En efecto, el volante, con la 10 en la espalda, fue una de las figuras del equipo debido a su capacidad de dar pases filtrados. El chileno hizo todo bien, pero finalmente no seguiría con los celestes que prontamente tendrían a Pep Guardiola como entrenador, justamente el técnico con quienes crecieron sus compañeros de equipo en esa aventura inglesa.

Tras su paso por el Manchester City en 2015, en el último semestre de 2016 ya estaría listo para debutar a nivel adulto con solo 16 años. El DT Pablo Guede lo subió al primer equipo y en diciembre lo hizo debutar ante Everton por el Apertura 2016-2017. En ese duelo ingresaría por Ramón Fernández, pero días después ya jugaría los 90 minutos en el partido ante Palestino por la última fecha. También en diciembre se consagraría campeón de la Copa Chile tras entrar en el segundo tiempo. Su carrera iba en ascenso, pero una hepatitis le pondría un stop en enero de 2017. Se recuperó con lo justo y jugó su segundo Sudamericano Sub 17 entre febrero y marzo. El único integrante de esa nómina que tenía minutos en Primera Diivisón. Era un jugador diferente. Daba para ilusionarse. Hoy, con el diario de lunes, puede sumar voces que digan lo contario.

Tras el Sub 17, que clasificó al Mundial de la categoría, jugó su primer Superclásico y luego, en octubre, fue hasta la Copa del Mundo de India. En enero de 2018 fue campeón de la Supercopa, su último título en Colo Colo. Luego fue parte de la debacle alba que terminó con su casi descenso en la temporada 2020 que terminó en 2021. Saltó a la cancha en doce oportunidades y junto a Williams Alarcón fue blanco de varias críticas por no asumir roles más protagónicos. Apenas rozaban los 20 años. Ambos, promesas en juveniles, ya no son parte del club. Con 23 años pertenece al plantel de Ñublense. Desde Chillán sigue la campaña del Manchester City, su “exclub”. De los pocos que se puede enojar cuando los llaman “Ñublenchester”. Él prefiere el “Ñublencity”.