Desconvocado y dos partidos fuera de la Roja. El castigo a Charles Aránguiz fue ejemplar. Pese a ser uno de sus regalones, Jorge Sampaoli no perdonó la ausencia de Charles Aránguiz en la previa de un amistoso ante Brasil en abril del 2013. La versión oficial, por parte de Universidad de Chile, fue que el volante tomó relajantes musculares luego de una seguidilla de partidos con los azules. La versión no oficial pone otros antecedentes sobre la mesa. Lo cierto es que Sampaoli perdonó al Príncipe tras dejarlo afuera de los duelos Eliminatorios ante Paraguay en Asunción y Bolivia en Santiago. Su regreso fue una Nueva Esperanza para la Roja. Una gran fiesta.
El partido ante el Brasil de Felipao Scolari en Belo Horizonte fue el tercero de Sampaoli al mando de la Roja. El duelo se jugaría con nóminas locales. El plus de Chile era que tenía a Eduardo Vargas jugando en Gremio y a Marcos González en Flamengo. Ambos podían ser nominados y fueron protagonistas. Por el lado de Brasil estarían Neymar del Santos, Ronaldinho del Mineiro, Paulinho del Corinthians, entre otros.
“Estoy consciente del error que cometí y como no tenía el contacto de las personas con las que debía hablar, preferí apagar el teléfono y esperar el momento apropiado para hablar”, diría luego a través de un video donde también se disculpó. La citación en Pinto Durán era a las 8am. A las 9am Charles Aránguiz ya estaba fuera de la nómina, En su reemplazo fue llamado Brauilo Leal de O’Higgins, a la postre titular en Brasil. El partido marcaba también el regreso de Cristián Álvarez, otro de las protagonistas de ese partido. No solo porque fue su último duelo con la selección, sino además por la misión que tendría en el Mineirao: marcar a Neymar, la nueva joya del fútbol sudamericano.
“Qué hueá quiere que haga”, le dijo el Huaso a Sampaoli en los análisis previos. El DT le había mostrado un video del joven delantero del Santos. Salía para un lado, salía para el otro, ganaba en velocidad, bicicletas, sombreritos, pivoteaba. A Álvarez le salió la honestidad brutal y le pidió consejos al casildense. “Lo único que te digo es que no le ‘saques las patas’ nunca. Retrocede, retrocede, hasta que veas la oportunidad”, le dijo el DT. “Me acordé todo el partido de esa frase y me fue bien», recordó después Álvarez.
La Roja salió con un 4-3-3 en Belo Horizonte. Herrera fue el arquero, Álvarez, Marcos González, José Rojas y Mena atrás; Leal, Lolo Reyes y César Cortés al medio; Fernando Meneses, Eduardo Vargas y Pato Rubio en ofensiva. Luego entrarían Fuenzalida, Carlos Muñoz, Luis Pedro Figueroa y Andrés Robles. En la banca quedarían Garcés, Toselli, Albert Acevedo, Cristian Suárez y Cimbi Cuevas.
Chile haría un correcto partido ante Ronaldinho y Neymar. Comenzaría ganando con un gol de Marcos González a los 8 minutos. Rever empataría a los 25 y Neymar pondría el 2-1 a los 54. Diez minutos más tarde sería Eduardo Vargas quien anotaría el 2-2 definitivo con un derechazo desde fuera del área. Había hecho una buena dupla con Patricio Rubio, por esos días en Unión Española.
Tras ese partido Eugenio Mena se iría al Santos y Lorenzo Reyes al Betis. En agosto Charles Aránguiz volvería a la Roja para el 6-0 sobre Irak en Dinamarca, y en septiembre era titular en el 3-0 sobre Venezuela. Comenzaba a afianzarse el mediocampo con Marcelo Díaz y Arturo Vidal. El que jugaría con la línea de tres en Brasil 2014, con Francisco Silva atrás, y el que en la Copa América 2015 se adaptaría con Jorge Valdivia como conductor. Aránguiz, aún jugando en la U, era clave en la selección y había que tenerlo en el equipo. Sampaoli no se durmió en eso.
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