En los 90 y comienzos del 2000 varios defensores o volantes de contención usaron la 10 en Colo Colo. Miguel Ramírez, Jaime Pizarro, Alejandro Hisis, George Biehl, Agustín Salvatierra y Raúl Muñoz tuvieron la osadía de calzarse el número destinado a los distintos, algunos hasta en la selección. Al que siempre le quedó muy bien fue al Cheíto.
El stopper del Colo Colo campeón de América en 1991, el líbero de los albos a mitad del 2000, es la última salvación que tienen los albos para coronarse campeones. Ramírez, hoy DT de San Luis de Quillota, debe vencer o empatar con Universidad de Chile en el Nacional para dejarle opciones a los albos. Como tantas veces, Colo Colo se encomienda al Cheíto para salir a flote.
Lo curioso es que a Ramírez, formado en Colo Colo, le conviene un tropiezo de Guede para hacer realidad su sueño de dirigir a los albos. Si Colo Colo no se queda con la Copa, después de tenerla casi amarrada, la paciencia de los hinchas (sí la de la directiva) no podrá más con el argentino. Ahí aparecen los nombres de Miguel Ramírez y Nicolás Córdova como primeras opciones, dos que conocen cada rincón del Monumental.
Pero no, Ramírez es un señor del fútbol y saldrá a ganar, aunque eso signifique postergar su deseo de llegar a la banca alba. El propio San Luis del Cheíto ya le ha amargado tardes a Universidad Católica, el otro equipo del que Ramírez es referente. Hay que ser diferente para ser símbolo de dos equipos grandes del mismo país. Ramírez lo es, es “el” jugador que se nos viene a la cabeza cuando pensamos la caballerosidad en el fútbol. También lo era en la cancha. Elegante, de buena pegada, el de la mitad del gol de Marcelo Salas en su debut contra Argentina.
Ramírez es símbolo, referente de los albos. Del equipo campeón de la Libertadores 1991 solo él y Barticciotto con Yáñez se retiraron en Colo Colo. Vamos viendo. Morón (Audax Italiano); Ramírez (Colo Colo), Garrido (Santos Laguna), Margas (West Ham); Mendoza (Santiago Morning), Vilches (Cobreloa), Pizarro (Universidad Católica); Espinoza (Universidad Católica); Yáñez (Colo Colo), Martínez (Cobresal), Barticciotto (Colo Colo).
Los tres casos son diferentes y el de Ramírez es aún más meritorio. Yáñez quemaba sus últimos cartuchos, Barticciotto volvió cuando le quedaban siete años de carrera y Ramírez lo hizo cuando quiso. Perfectamente podría haberse retirado tras su exitoso paso por Universidad Católica. Él decidió volver a Colo Colo y las puertas se le abrieron de par en par. Se puso la 10 y fue capitán de Colo Colo en un momento complicado antes de la llegada de Borghi.
Ahora el Cheíto necesita que Colo Colo no sea campeón para volver. Para eso el equipo que él dirige no debe ganar ante la U. Eso nunca ha estado en el vocabulario del Cheo, Es de los que mejores jugaba atrás, pero nunca “para atrás”.