A inicios de la década del 2010 la revista El Gráfico Chile se contactó con la casa de Vicente Cantatore en Viña del Mar para homenajearlo en la tradicional ceremonia de cada fin de año. Tras largos minutos hablando con uno de sus familiares, poniendo en contexto el reconocimiento que se le deseaba hacer a uno de los mejores DTs de la historia del fútbol chileno, la respuesta fue: “nos emociona mucho el homenaje, pero Vicente ya no está en condiciones de asistir a este tipo de actividades”. Después de ofrecerle todas las comodidades, entendimos que el impedimento no era por problemas físicos. Entendimos también que por años desperdiciamos la oportunidad de haber homenajeado como corresponde a Don Vicente Cantatore, amado en España, en Rosario y en Chile.
Y ya nos había pasado. Porque en ese mismo 2010, sí, recién el 2010, había fallecido el Tata Fernando Riera, para muchos el mejor DT nacido en Chile. Había llegado a los 90 años, pero había estado al menos dos décadas alejado de la opinión pública. Pagaría mucho dinero en las casas de apuestas encontrar más de cinco entrevistas al Tata en la década del 90 y en la del 2000. Alcanzó a recibir algunos homenajes por el Mundial del 62, pero junto a todo el plantel. Faltó la ovación para él solo, a estadio lleno, para el DT que dirigió al Benfica y a Boca Juniors.
Y así también se nos fue Andrés Prieto, Luis Santibáñez y José Sulantay, con algo más de reconocimiento público que los anteriores. En la UC, Ignacio Prieto tiene una tribuna y lo regalonean cada vez que pueden, mientras que Colo Colo aún está al debe con un gran evento para Mirko Jozic en un Monumental repleto.
Es por lo anterior que el escaso reconocimiento en el que cayó Nelson Acosta no sorprende. Diagnosticado con Alzheimer en 2017, pero con algunas apariciones públicas tras conocerse la noticia. Incluso participó de un spot publicitario, ya visiblemente afectado. Ése quizá fue el momento para llevarlo al Nacional y ovacionarlo hasta que doliera la garganta y las manos. Fue el DT que nos dio alegrías tras el Maracanazo. El que nos llevó a Francia 98, el que trajo la medalla de bronce desde Sidney. Ni hablar de todo lo que entregó en Unión Española, Everton, Cobreloa, además de O’Higgins y Fernández Vial. Este último si tuvo un recibimiento a estadio lleno en Collao, mientras que los otros aportaron con pequeños detalles. Desde la ANFP, jamás.
En esta página nos recordamos de él y sus historias cada vez que podemos. De su etapa en Unión, del partido ante España en 1993, de las clasificatorias del 98, del Chile-Brasil rumbo a Corea-Japón 2002, o de esas noches mágicas de Luis Fuentes y Luis Jiménez en la recta final a Alemania 2006.
Lo queremos Don Nelson. Viejo mañoso, adicto al Viva el Lunes, al tenis fútbol y al “vos no podés”. Conocedor de la liga local y bien dateado por sus amigos DTs que le tiraban datos de Wilson Contreras, Luis Chavarría o el Coke Contreras jugando como un lolo en el Concepción del 96. Lo queremos porque el 98 no fue solo Zamorano-Salas. Ese análisis es injusto. Había que llevar a Moisés Villarroel a un Mundial o a Raúl Palacios a una Copa América. Había que dejar los egos de lado y perdonar al Cheíto, al Murci y a Estay. No sobraba nadie.
Le perdonamos lo del Candonga, la mala campaña rumbo al Mundial 2002 y no haber podido hacer algo más para ganarle a Colombia el 2005. Le perdonamos todo, porque nos devolvió la ilusión en los 90. Fue el DT de nuestra infancia y nos hubiera encantado homenajearlo cuando la emoción fuera recíproca. Al final, los que olvidamos fuimos nosotros.