Hasta diciembre de 1991 Sergio Bernabé Vargas sabía poco y nada de Universidad de Chile. Había debutado en 1984 en Independiente de Avellaneda y había pasado en 1991 a Emelec. Pese a haber disputado torneos internacionales, por esos años era imposible encontrarse con Universidad de Chile en Copa Libertadores. La última participación internacional de los azules había sido en 1981.
En ese diciembre de 1991 Vargas recibió en Ecuador los primeros llamados desde la U. Lo querían, junto a otras figuras, para formar la “Nueva U” liderada por René Orozco en la presidencia y Arturo Salah en la banca. Además de él vendrían Rogelio Delgado, Luis Abarca, Eduardo Cofré, Relojito Romero, Fabián Guevara, Víctor Castañeda, entre otros. Claro, en la U no contaban con que en los últimos días de diciembre tendrían que jugar la Liguilla de Promoción de la que habían zafado milagrosamente en 1990 con el Pato Yáñez en el equipo.
De todas las caras nuevas, fue Superman quien fue contactado antes de saber que el torneo no se acababa en la última fecha en el 2-2 ante Wanderers del 22 de diciembre, sino que ahora dependían de los partidos del 26, 28 y 30 de ese mes ante Soinca, Puerto Montt y Everton respectivamente por la Liguilla de Promoción.
El temor de regresar a Segunda División era latente, pero el triunfo 3-0 en el debut y 4-0 en la segunda fecha mantuvieron al equipo en Primera. Finalmente fueron los goles de Carlos Morales Santos, Cristian Mora, Franz Arancibia y Cristián Kitita Torres los que trajeron a Superman a la U. ¿Cómo así? Vargas quería venir, pero su llegada estaba amarrada al presupuesto que tendría Universidad de Chile para 1992. Si el el equipo estaba en la B, el arribo del exarquero de Independiente en Avellaneda no fructificaría. En rigor, el proyecto de la “Nueva U” no fructificaría.
Vargas siguió esa Liguilla de Promoción desde Argentina. De la derrota 2-0 ante Everton en la última fecha ni se enteró. Ya preparaba las maletas para sumarse al equipo, que por esos años entrenaba en las polvorientas canchas de El Sauzal. Fue el primer extranjero en llegar. Tras él lo hizo su excompañero Rogelio Delgado y el exRiver Ariel Beltramo. Post Copa Chile llegaría el delantero Claudio Rodríguez en lugar de Carlos Morales Santos. Junto a ellos, muchos seleccionados chilenos habituales del proceso de Arturo Salah en la Roja.
Vargas jugó amistosos en la Copa Viña del Mar y en Ecuador, desde donde venía, pero su debut oficial se produjo en el 3-3 de la Copa Chile ante Colo Colo. «Nunca un clásico había sido tan desigual», contaba Vargas. Colo Colo era tricampeón de Chile y campeón de la Copa Libertadores, mientras que la U venía de salvarse del descenso durante dos años tras su regreso a la máxima categoría. Ese 3-3 fue el primer paso para saber que las cosas cambiarían. Luego, ya con todos los refuerzos, se produjo el 2-0 por el Torneo Nacional con los dos goles de Cofré y las tapadas de Superman a Borghi. Ahí Vargas se dio cuenta que venir desde equipos de buenos presentes en el extranjero hasta la diezmada U de aquellos años había sido un acierto. Supo que había llegado a un gigante de Chile, pese a haber escuchado poco y de la U por su casi nula experiencia internacional en los 80. Había valido la pena seguir desde Argentina la Liguilla de Promoción del fútbol chileno entre esa Navidad y Año Nuevo de 1991. Después de eso, al fin pudo alzar el vuelo.