Ningún jugador lesionado es mejor que nadie

“El Mágico Valdivieso lesionado es mejor que el Gabriel Suárez, que el Branco Provida, que Guillermo Alarcón, que Leonel Valencia, que todos”, decía un amigo del barrio que quería imponer al nuevo 10 del equipo para jugar 14 partidos en menos de dos meses. El Mágico se había ido justamente por lo mismo, pasaba más lesionado que disponible. Estuvo once meses en una liga donde hasta te ovacionaban por perder, pero allá sólo había podido jugar tres partidos en un año. Había bajado su propio récord.

“Es que curao y lesionado es mejor que todos nosotros”, repetía. Probablemente sí. Curao puede ser, pero lesionado, aunque queramos, es imposible. Quizá contundido, cansado, golpeado, ¿pero lesionado?. Es que lesionado no pueden jugar ni infiltrados. Que lo diga Mirosevic en Católica, Matías Fernández en Colo Colo, Pablo Aimar en River Plate. No se puede no más. En el fútbol querer no es poder. El cuerpo no deja, los especialistas no te dejan.

Al Mágico Valdivieso igual lo contrataron. Se había ido peleado con varios viejos del equipo. El que se consigue las camisetas, el que paga las chelas del tercer tiempo. Igual lo trajeron de vuelta. Él dice que está bien, pero lo mismo dijo la última vez. Esa vez, jugando poquito, estuvo en una prenómina para una Copa importante acá en la Región, pero no se la pudo. Se perdió la Copa por lesión. A la vuelta jugó por nosotros a medias, pero a medias no nos servía. Fueron muy poquitos puntos los que sacamos gracias él. Sacamos más gracias a los cabros jóvenes que estaban al 100%, pero de esos ni se acuerdan.

El Mágico ya está acá. Nosotros jugamos el sábado, pero probablemente no puede jugar porque tiene que ponerse a punto. El Freddy Tubina llegó y jugó de una. El Peluca le decimos. Hay que ver si el Mágico Valdivieso puede jugar la próxima semana, cuando ya queden solo trece fechas. Jugamos contra el colista, que también trajo un viejito, pero que físicamente está mejor que antes. Creo que con él nos hubiera ido mejor. Pero filo, no fue él, fue Valdivieso. A confiar no más. El Mágico, cuando está bien, es el mejor de todos. Hay que creerle, que puede ayudar, pese a que su físico le ha jugado en contra desde que tenía 18 años. Hoy tiene 37. Jugó tres partidos en once meses, pero afortunadamente se arregló con el caballero que pone las jabas de chela pal tercer tiempo. Tiene que arreglarse con todos acá, mira que la última vez se sentía con el derecho de tomarse todas las cervezas dando poco y nada a cambio.