El día que el 13 dejó de ser el número de la suerte de Pepe Rojas

“Hoy comienza una nueva historia”, escribió José Rojas el 23 de julio de 2015. No se había cambiado de equipo, seguía en Universidad de Chile. El cambio era el de su número de camiseta. Dejaba de usar el tradicional 13 en la espalda, con el que había ganado la Copa Sudamericana 2011 como capitán de la U, para cambiarse al 3, un dorsal que en Argentina le corresponde al lateral izquierdo, en Chile al primer central y en Brasil al segundo central. Entre esos tres países se iba a definir su futuro próximo. Por ese entonces, mitad de 2015, seguiría en la U de Martín Lasarte con el número que heredaba de su amigo Waldo Ponce.

«El número 3 siempre me ha gustado. La etapa del 13 la quiero cerrar”, comentaba Pepe en sus redes sociales, sin embargo el cambio de camiseta tenía un trasfondo mucho mayor. Pepe quería cerrar un ciclo donde se le había imposibilitado ser padre, y abrir otro que coincidiría con el nacimiento de su hijo. Sus mejores años en la Universidad de Chile y en el fútbol profesional, que semanas antes lo habían llevado a ser campeón de América con Chile, habían coincidido con una lucha personal y familiar que pocos conocían.

La historia de José Rojas con el número 13 había comenzado el año 2003, en el torneo de Apertura. Más que elegirla, le había tocado el 2002, luego que Roberto Cáceres la dejara libre el 2001. Rojas era un joven zaguero zurdo que iba a pelear un puesto de lateral izquierdo en el equipo de Víctor Hugo Castañeda. Lo haría de buena forma durante varios años y en 2006 partiría a Independiente de Avellaneda de Argentina. Lo suyo era la marca, de esos laterales defensivos buenos en el uno contra uno. Por lo mismo no extrañaba que era una pieza habitual a quien recurrir como segundo central en caso de emergencia, ni que Jorge Sampaoli pensara en él como central izquierdo en su proyecto de Universidad de Chile, dejando a Eugenio Mena, llegado desde Wanderers en 2010, para ser el carrilero para esa orilla.

Antes de la llegada de Sampaoli, Pepe Rojas contaba con 2 títulos de Universidad de Chile, el Apertura 2004 y el Apertura 2009. Tras el arribo del casildense sumó la Sudamericana, 5 títulos nacionales, 2 Copa Chile, una Supercopa de Chile, Eliminatorias Mundialistas, participación en la Copa del Mundo Brasil 2014 y la obtención de la Copa América Chile 2015. Antes, su historia con la Roja contaba algunos amistosos adultos en la era de Nelson Acosta, la Sub 20 de 2003 con Valdivia, Jiménez, Bravo y Mark González, la Copa Kirín 2009 con Marcelo Bielsa, más llamados de emergencia de Claudio Borghi. No siempre pudo usar la 13. Fue con Jorge Sampaoli que le dieron siempre «su camiseta» y se convirtió en pieza fija como alternativa defensiva de Gary Medel, Gonzalo Jara, Marcos González y Francisco Silva. Todo eso con la número 13 en su camiseta. Su Twitter y su Instragram @Pepe13Rojas así lo confirmaban.

En total, desde su debut ante Puerto Montt en el Apertura 2003, fueron 451 partidos y 4380 días con la 13 en la espalda. Sin saber que Waldo Ponce partiría finalmente a mediados de 2015, ya había pedido la número 3 un mes antes. La ida de Waldini despejó el camino en días que José Rojas disfrutaba el embarazo de su esposa Patricia Peralta, quien, en abril de 2014, había perdido un hijo durante su gestación, a pocas semanas del Mundial de Brasil. En ese torneo Pepe terminó jugando los minutos finales ante la Verdemarela en octavos de final tras la lesión de Gary Medel. Sumaba un nuevo logro a su currículum, solo borrado por la tristeza de perder por penales ante el gran favorito.

En 2016 Pepe Rojas tendría su revancha en Argentina, tras su discreto paso por Independiente, y ficharía en Belgrano de Córdoba. Ahí volvería a usar la número 13 y sería buena figura del Pirata. Su paso a Europa no sería el soñado, y solo firmaría en el modesto Lorca de la tercera categoría de España. De lo poco que se supo de él en Europa fue un viralizado gol en redes sociales en una cancha más parecida a las de Quilín. Volvería a San Luis de Quillota, luego Huachipato y hoy Curicó Unido. Pudo volver a la U en 2022 si es que el equipo caía a la Primera B. Un gol de Junior cambió la historia de la U y también la de Pepe. Él ya había querido cambiar su historia personal en 2015 pasando al número 3, aunque para los azules siempre será el eterno 13 de la U.

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