Se llama Luis Alberto Zambrano Arce, pero nadie lo conoce así. Tampoco como “Lucho” o Luis Zambrano. Para los futboleros de los 80 y 90 era simplemente “Carampangue”.
Hay que tener ese “qué sé yo” para que tu apodo sea el lugar donde naciste, en este caso en la provincia de Arauco, región del Bío Bío. Esa gracia la puede contar Héctor “Ligua” Puebla, Osvaldo «Arica» Hurtado, Juan Luis “Limache” González y no muchos más. A Héctor Mancilla no le alcanzó, le dicen Purranquino, pero no Purranque. Next.
“Carampangue” Zambrano fue uno de esos goleadores que acompañó nuestra infancia, de los que nos poníamos felices cuando nos salía en un álbum Salo. ¿El peladito de Fernández Vial? Sí, ese ya lo tengo. Nos hacía la vida fácil para reconocerlo.
Además de los aurinegros, estuvo en buenas épocas de O’Higgins y Huachipato. Su club de origen era Ferrovictoria. Se retiró jugando en segunda división por Santiago Morning y Ñublense.
No muy alto, pero muy oportunista, supo ser goleador de equipos que además contaban con otros muy buenos delanteros. El 95 en Huachipato, por ejemplo, fue de los que más jugó en una delantera que tenía a Carlos Zúñiga, Ricardo Viveros, Rubén Dundo, Luis Castillo, el pequeño Luis Díaz, Omar Gómez y Malcolm Moyano. Antes, en 1992, estuvo en los acereros con Marcelo Caro, Sandro Navarrete y Wilson Núñez, entre otros. Más atrás, en Fernández Vial, con Richard Zambrano y Rordrigo Santander.
Justamente uno de los goles más recordados de Carampangue ocurrió defendiendo la camiseta de Fernández Vial. Fue en un clásico ante Deportes Concepción en 1987, con el estadio de Collao con muchísimo público. En un córner a favor de los vialinos, el arquero lila Daniel Montilla se colgó del balón en área chica. Quiso jugar rápido, pero un jugador del Vial se cruzó en su camino. No hubo pito del árbitro Enrique Marín, pero el portero creyó que sí. Dejó el balón en el piso, y el vivito de Zambrano depositó la pelota en el arco de Concepción. Huaso ladino, huaso de Carampangue.