Sidney 2000: Cuando Acosta prefirió a Salas, pero terminó llevando a Zamorano

“Albañiles del fútbol, albañiles constructores de paredes, paredes hermosas que nos llevan a semifinales”, gritaba eufórico Pedro Carcuro luego del golazo de Rodrigo Tello a Nigeria en Melbourne por los cuartos de final de los JJOO de Sidney 2000. Tello, de 1,70, había hecho una pared con David Pizarro, de 1, 71, para poner el 4-0 parcial de lo que sería el 4-1 ante los grandotes nigerianos por los cuartos de final. Antes, Pablo Contreras, Iván Zamorano y un globito de Reinaldo Navia, con palomas volando incluidas, habían llevado a la Roja de Nelson Acosta hasta su mejor actuación en tierras oceánicas, donde Chile prácticamente hacía de local. Ese mediocampo y esa ofensiva de Pizarro y Tello la completaban Claudio Maldonado (1,73), Patricio Ormázabal (1,70), Reinaldo Navia (1,72) e Iván Zamorano (1,79). No solo eran albañiles, sino que albañiles pequeños.

Ese torneo fue la primera y única vez que un DT debió elegir entre Iván Zamorano o Marcelo Salas. Fútbol ficción que hasta hoy hacemos para descubrir quién fue el mejor entre los delanteros de la recordada dupla Za-Sa. Chile, con milagro brasileño en Londrina, había llegado hasta los JJOO tras el preolímpico Sub 23 del verano del 2000 en Brasil. Con un equipo base conformado por Javier Di Gregorio, Cristián Álvarez, Claudio Maldonado, Pablo Contreras, Rafael Olarra; Patricio Ormázabal, Rodrigo Meléndez (luego lesionado), Rodrigo Tello, David Pizarro; Héctor Tapia y Julio Gutiérrez, Navia o Manuel Neira había conseguido la clasificación venciendo a Argentina con gol de Navia en la fase final, fase a la que llegó gracias a la goleada del Brasil de Ronaldinho por 9-0 a Colombia, cuando muchos jugadores chilenos ya viajaban rumbo a Chile para defender a la Roja adulta en un amistoso adulto de verano. En ese torneo también habían sido importantes Yerko Darlic, César Santis, Cristián Reynero, David Henríquez, Rodrigo Núñez y Rodrigo Ríos. En realidad todos, era un torneo largo, jugado en muy poco tiempo y con solo 20 jugadores por nómina.

Ya para los JJOO, como hasta hoy, se podían tener tres incrustaciones «adultas». El meta coquimbano Javier Di Gregorio no había dado completas garantías, por lo que el arquero mayor de 23 años iba a ser una de las piezas nuevas. Pese a que Marcelo Ramírez había tenido una gran Copa América 1999, Nelson Tapia seguía siendo de los favoritos de Nelson Acosta. merecido premio para el arquero que lo había tenido en O’Higgins y en la selección. Simpson respondió con creces en Sidney.

El siguiente cupo sería para un defensor central. De los históricos de Francia 1998 solo quedaba Pedro Reyes en buen nivel, por esos años titular en el Auxerre de Francia. Pedrote había dejado de ser stopper derecho en la Roja de Acosta, para ser el líbero con Jorge Vargas y Miguel Ramírez como escuderos. Su puesto como “galleta” en la Sub 23 no tenía mucha discusión. Ronald Fuentes sufría con las lesiones y Javier Margas rozaba el retiro. Con la inclusión del barbudo antofagastino, se completaba el plan que tenía Acosta. Claudio Maldonado, defensor central en el Preolímpico, pasaría a ser volante de contención en Sidney, cubriendo así la ausencia de Rodrigo Meléndez, quien no pudo recuperar su nivel tras la lesión sufrida en Londrina y no fue llamado a los JJOO.

El tercer cupo para un «adulto» sería para un delantero. Héctor Tapia era capitán, figura y goleador del equipo. Su camiseta de titular estaba asegurada, por lo que Acosta debía buscarle un acompañante mayor de 23 años. Las opciones era fáciles: Iván Zamorano o Marcelo Salas. El primero era jugador del Inter del Milán, aunque ya había perdido la titularidad indiscutida, mientras que el segundo seguía en el plantel de la Lazio, pese a que ahora compartía delantera con Hernán Crespo, Claudio López y Simone Inzaghi.

Las encuestas en diarios, TV y revistas no se hicierion esperar. Los hinchas perdimos mucha plata escribiendo Zamorano o Salas a la opción 20 00. Esas encuestas jamás arrojaron un ganador claro. se trataba de dos idolos del fútbol chileno. Finalmente, y en igualdad de condiciones, Nelson Acosta eligió a Marcelo Salas. ¿La excusa? Zamorano debía jugar previa de Champions League, y de clasificar, tendría una sobrecarga de partidos en septiembre, además de los que jugaría por Chile en Eliminatorias, Argumento ideal para no matar la autoestima de Zamorano, por ese septiembre del 2000 en nivel más bajo que Salas, pero autorizado de antemano por el Inter de Milán.

Con la elección del Matador, Nelson Acosta armaría su delantera ideal con el diestro Héctor Tapia y el zurdo Marcelo Salas, pero con el correr de los días Salas lo pensó mejor. Era un mes en Oceanía, lejos de la familia y de la Lazio, club que le buscó una salida durante todo el verano europeo, pero que chocó siempre con las pretensiones del Matador, quien se negó a ir a cualquier club. Finalmente Salas dio un paso al costado de la Sub 23 y prefirió quedarse a pelearla desde adentro en la Lazio. “En un momento Marcelo pensó que le gustaría mucho estar en los Juegos Olímpicos, pero después evaluó que un mes en Australia, lejos de su club y de su familia era demasiado», declaraba el dirigente Enrique Berríos, encargado de esa sub 23.

Tras un partido de Eliminatorias ante Colombia en Santiago, Salas se reunió en Argentina con sus compañeros de la Lazio (Sensini, Crespo, Almeyda, López, Simeone, Verón) y desde allá confirmó su ausencia en Sidney. Acosta terminó de enterarse a través de las pantallas de PSN y de inmediato pensó otra vez en Zamorano, siempre dispuesto a jugar por Chile. El Inter había quedado fuera de la Champions y Bam Bam sería el 9 y capitán de la Roja, ahora acompañando a Reinaldo Navia y no a Héctor Tapia, quien se lesionó días antes de partir a Australia.

La historia en Sidney, justo para Fiestas Patrias, es repetida. Madrugamos para ver a Chile golear 4-1 en el debut ante Marruecos y tres días después vencer a la España de Puyol y Xavi, ambos en Melbourne. En Adelaida se perdió ante Corea del Sur, pero ya estábamos en cuartos de final. Ahí se goleó a Nigeria y en semis se perdió ante Camerún en uno de los partidos más amargos en la historia del fútbol chileno. En la definición por el bronce volvería a aparecer la enorme figura de Iván Zamorano para darle una medalla a Chile con dos tantos en el 2-0 ante EEUU, a la postre figura, capitán y goleador de Chile y del torneo. Esa fue el última alegría de Bam Bam por la Roja, el elegido de rebote por Nelson Acosta.