El 13 de diciembre de 2002, mientras disputaba la semifinal del Clausura ante Cobreloa, Colo Colo anunciaba la llegada de Iván Zamorano (36) para el año 2003. Universidad de Chile quedaría eliminada por esos días ante Universidad Católica, y no solo deberían planificar su próximo año sin Copa Libertadores, sino que también buscar un refuerzo que le compitiera en jerarquía al nuevo 9 de los albos.
El 27 de diciembre de 2002 Colo Colo presentaba por seis meses a Iván Zamorano, mientras que el Doctor Orozco movía contactos, pero sin llegar a puerto con ninguna contratación rimbombante. Mientras tanto aparecían nombres como Fernando Pierucci, Juan Pablo Raponi, Rodolfo Moya, y los regresos de Marcos González y Renzo Yáñez. Más tarde, después del arribo de Asprilla, se oficializaría el retorno de Diego Rivarola desde el Atlas para jugar con la camiseta 33. Ninguno de los nombres cumplía con el requisito de opacar la llegada de Bam Bam.
El hincha comenzaba a impacientarse. Más todavía cuando hasta El Noviciado llegaron a prueba el defensor brasileño Clemilson da Silva y el volante boliviano Jaime Cardozo, ambos provenientes del humilde Marsical Braun de Bolivia. Eso no era lo que se había prometido. Cardozo incluso ya se probaba la camiseta 10, que aún seguía disponible. Finalmente ninguno complacería a Víctor Hugo Castañeda y partirían desde las áridas tierras de Lampa. Luego tendrían mejor suerte en el fútbol boliviano, llegando incluso a la selección de ese país.
Finalmente sería el 23 de enero de 2003, un mes y diez días después del anuncio de Zamorano, que el Doctor Orozco cumpliría su promesa. En el Hotel Marriott presentaría al colombiano Faustino Asprilla (33), con pasos por el Parma, Newcastle, Palmeiras, y que venía desde el Atlante de México, en tiempos en que el Grupo Pegaso era amo y señor del fútbol chileno, o al menos del calendario de amistosos de Colo Colo y la U. «Quiero dejar en claro que no vengo lesionado. Una cosa es recuperar masa muscular, que se hace con gimnasio, y otra, estar lesionado, que no pudiera entrar a una cancha. Yo puedo correr y entrar a la cancha normalmente, sólo que por no arriesgar una lesión, es mejor prevenir», fueron las primeras palabras del colombiano.
La estadía del Tino en la U terminaría el 15 de junio de 2003 con un gol de oro de Mauricio Cataldo en Collao. Fueron menos de cinco meses en Chile donde el colombiano vivió de todo. Según él, siempre quiso venir a la U, por lo que jugó casi gratis. Estuvo junto a su novia Lina Cardona, quien a los pocos días comenzó a aparecer en TV por ser la bella novia del Tino. Otro Chile.
Futbolísticamente Asprilla no anduvo mal. Hay que sacarlo de esas listas de fracasos en la U que se hacen en cuarentena. En el Apertura estuvo en 13 partidos y anotó cinco goles, en un año donde la U jugó con tres y hasta cuatro delanteros. Hizo buen tándem con Mauricio Pinilla por el medio y con Rodolfo Moya por ambas bandas, pero también estaban Renzo Yáñez, Fernando Pierucci, Diego Rivarola, Alejandro Durán y un joven Nicolás Canales, más Raponi y Mauricio Donoso. No solo hizo cinco goles, sino que verdaderos golazos. Uno de ellos a los 89’30’’ ante Universidad Católica, cuando recibió un buen pase de Pinigol y anotó el 3-2 para la U. “Otra vez apareció la figura rutilante de Faustino Asprilla”, decía Claudio Palma en el relato.
Además de los cinco goles oficiales, hizo otros seis en partidos amistosos. No le hizo asco para jugar en ninguna cancha del país en tiempos donde no existían los estadios bicentenarios ni nada de eso. “Gracias a la U pude conocer casi todo Chile jugando partidos oficiales y amistosos”, contaba hace poco Tino. En el viejo Parque Schott le hizo un golazo de tiro libre a Osorno, equipo que por esos años estaba en la Primera B. La cancha no estaba para nada buena, pero el colombiano no tuvo problemas para entrar y anotar su primer gol por la U. Bueno, el Grupo Pegaso ponía la platita gracias a esos amistosos.
Pero, ¿a quién queremos engañar? El mayor recuerdo de Asprilla en Chile no serían sus cinco goles, ni su novia Lina Cardona, ni el golazo a la UC, ni una expulsión en el clásico ante Zamorano y Colo Colo a los 42’ por golpear a Moisés Villarroel en el Nacional, con penoso acto racista de la Garra Blanca incluido.. El paso del colombiano por Chile está marcado por sus balazos en el viejo Caracol Azul, atrás del Estadio Nacional. Fue justo en la semana antes de comenzar los playoffs, en los que quedarían eliminados en la primera llave que enfrentarían. «Una broma. En un centro comercial compré una pistola de fogueo, como las de las películas de Hollywood que tenía en mi casa. Ese día la llevo al entreno (sic) y le hago una broma a los compañeros. Disparo y digo ‘corran que el domingo hay que ganar’ y ya después lo publicó un periodista que estaba ahí», contó el ex delantero, en la versión oficial que ha dado la vuelta al mundo como uno de los hechos polémicos del Tino en su carrera y su vida.
Sin embargo, hace poco, Nelson Pinto contó la versión que tienen en la U, en un equipo donde habían muchos jóvenes, y donde hasta hoy tiene a algunos con la piel de gallina. “Él tenía un guardaespaldas, andaba con su guardaespaldas para todos lados. En un entrenamiento llegó con él, le sacó la pistola que él usaba y empezó a disparar al aire pidiéndonos que corriéramos el domingo”, contó el Chupa a AS. “Quizá en Colombia era común convivir con las pistolas y eso, pero nosotros acá quedamos pa adentro”, contó, pero sin dramatizar con la situación.
Lo cierto es que en la U, en época donde había que hacer plata fresca, con el CDF recién instalándose, usaron los balazos del Tino para promocionar el duelo de ida ante la U. de Conce en el Nacional. Pierucci, Pinilla, Asprilla y Renzo Yáñez, al más puro estilo Viejo Oeste, aparecieron en la entrada para ese partido de octavos de final de los playoffs, a dos luquitas. Fue 0-0 la ida, 3-3 en Concepción y gol de oro de Cataldo. Sería el último partido de Asprilla en la U, antes de dejarle la 10 a Marcelo Vega para el Clausura. Fueron cinco meses del colombiano sacándose los balazos en el que él dice “es el club más grande de Chile”.