6 de mayo de 1992. Uuun fríiiiio. Lluvia, granizos, cero grado. Uno de los días más lluviosos de las últimas décadas en Santiago. Calles colapsadas, clases suspendidas e instrucción de no salir de casa si no era necesario.
En Guayaquil, a 4800 kilómetros, Colo Colo y Barcelona jugaban por octavos de final de la Copa Libertadores con 35 grados. Era media tarde, a la misma hora que jugó la UC en 1993 y la U en 1996. Si estabas en el colegio, la Universidad o la pega no lo podías ver. A pesar del aguacero que afectó a muchos, para los futboleros el #QuédateEnCasa cayó como anillo al dedo. Más si estaban saliendo las sopaipillas recién hechas.
En la ida en el Monumental Colo Colo solo logró ganar 1-0 gracias a un golazo de Borghi y a una de las pocas farras del Tunga González en su carrera. Los albos podían haber entrado en esta ronda por ser los últimos campeones de América, pero la dirigencia decidió jugar la primera fase para recaudar más plata. Lograron pasar el grupo con la UC, Coquimbo, San Lorenzo y Newell’s Old Boys, pero el fixture los mandó a enfrentar a uno de los mejores equipos del continente de ese año.
En Guayaquil, en el Monumental de allá, Colo Colo aguantó estoico el primer tiempo en uno de los partidos más recordados por los ecuatorianos. En horario de trabajo, y recién en octavos de final, hubo 60 mil personas en las tribunas y otros quince mil en los cerros aguantando los 35 grados para ver el desafío ante el mejor equipo de América. En Chile, la mitad más uno soportando la lluvia y el grado cero.
Los que no aguantaron fueron los albos en el segundo tiempo. Un penal de Miguel Ramírez al fallecido Carlos Muñoz lo convertiría en gol Rubén Darío Insúa en segunda instancia, justo cuando Morón lograba contener un penal, su gran deficit. Pocos minutos más tarde sería el propio Muñoz quien marcaría el segundo tras una falla previa de Lizardo Garrido ante el exEverton José Gavica. La lapida para un equipo que se había juramentado ser bicampeón de América, ya sin Espinoza, Martínez y Yáñez, pero con Borghi, Adomaitis, Rubio y el Tunga. Barcelona, por su parte, luego derrotaría a Cerro Porteño en cuartos de final y perdería con Sao Paulo en semis.
Fue el #QuédateEnCasa de 1992, cuando al menos se podía pasar con fútbol…y sopaipillas.