Coronavirus: La muerte en España que “toca” al fútbol chileno

Entre 1993 y 1994 el Real Madrid de Iván Zamorano pasaba metido en Chile. Primero vino a jugar ante la U en el Nacional y frente a Colo Colo en el Monumental, tragedia incluida. Un año más tarde fue el viejo y querido Santa Laura el que recibió un 22 de mayo de 1994 al, para muchos, equipo más grande del mundo.

Ese partido, cuando se firmó el contrato, venía amarrado a otra condición. Los hispanos recibirían ese 94 a Fernando y Paco Sanz, los hijos de Lorenzo Sanz, quien por esos días era el vicepresidente del Real Madrid, secundando al mandamás Ramón Mendoza. Eso sí, Sanz ese año ya era el hombre fuerte del Madrid y en 1995 llegaría a la Presidencia. Hoy, 25 años después, fallecería a los 76 años a causa del Coronavirus.

Lorenzo Sanz era un hombre de negocios, caprichoso. Por eso fue que, ayudado por el nexo con la colonia española, y por Teka, el auspiciador alemán del Madrid que Unión tuvo hasta 1991 (Banesto el 92, Sofria el 93 y Cristal el 94), se acercó al club de Independencia y pidió que le recibieran a sus hijos: Fernando, un rústico primer central, y Paco, el “reemplazante ideal” para el Coto Sierra, a quien el Bari de Italia seguía muy de cerca.

El DT era Nelson Acosta, quien tuvo que agachar el moño para aceptarlos en el plantel, pero no para inscribirlos en el Torneo Nacional ni en Copa Libertadores. Ahí optó por los extranjeros Rabajda, Lucca, Perdomo y Carlos María Morales. Igual a los españoles los hizo jugar uno que otro partido en Copa Chile, sin embargo nunca se lograron adaptar. Cuando la Unión se fue eliminada de ese torneo, el tiempo de los hijos de Lorenzo estaba contado.

Para el duelo de mayo de 1994 ante el Real Madrid en Santa Laura, en medio del campañón de Copa Libertadores que terminaría el 3 de agosto ante Sao Paulo en el Morumbí, el Pelao Acosta tuvo que acatar y poner a uno de los Sanz. Se decantó por Fernando, el mejorcito, a quien mandó a marcar en zona en esa típica formación de muchos stoppers que ponía Don Nelson. Ese día la Unión formó con Rabajda: Lucca; Rojas, Sanz y J.C.González; Galdames, Figueroa, Salas; Sierra; Sánchez y Ruiz. Ingresarían Rivero, Bernal y Montecinos. El otro español, Paco Sanz, no calificaba para jugar un partido de esa envergadura. Fue 1-0 con golazo del Pony tras pase magistral del Coto. Ese día Ruiz se robó la película.

Esa Unión Española hizo historia. Sierra partiría al Sao Paulo, Sánchez a Vélez Sarsfield, Carreño a los Pumas, Ruiz al Puebla y Cristián Montecinos al Junior de Barranquilla. Para reemplazarlos para el Torneo Nacional llegaron Hugo Rubio, Rubén Espinoza, Marcos Fuentes y Jaime Gutiérrez desde el equipo de la CTC. Como no se fueron los extranjeros, no entraban los Sanz. Bueno, ya estaban hace rato en Madrid.

Tras Unión Española, Paco, el malo, haría una corta carrera en el fútbol. Nunca llegaría a jugar en el primer equipo madridista, pero si un año más en el Real Madrid B, su club de procedencia. En 1995 iría a Oviedo, en 1996 al Racing de Santander en 1997 al Mallorca, donde se retiraría el 2000 con 26 años. Gracias a su padre Lorenzo, empresario y caprichoso, llegó a ser presidente del Granada entre 2005 al 2009. Al negocio le iría mal y llegaría Gino Pozzo, dueño del Udinese, el que puso a Orellana, Iturra y Matías Campos Toro a jugar por ambos equipos.

A Fernando, el mejorcito, la fortuna (futbolera) le sonrió un poco más. Ese 1994 volvería al Real Madrid B, pero ya el 95 pasaría al primer equipo. Estaría ahí hasta 1999, ganando la Champions 1997-98 y la Intercontinental 98. En ese partido ante el Vasco de Gama sería titular en Tokio.

Tras el Madrid, Sanz llegó al Málaga en 1999, donde fue caudillo y capitán por varios años. En 2006 dejó la cinta y pasó, sin escalas, a ser el Presidente del Club, gracias a su papá Lorenzo, empresario y caprichoso. Al negocio le iría mal y el club sería vendido al jeque Abdullah ben Nasser Al Thani, el mismo que fichó a Manuel Pellegrini.

Hoy se fue Lorenzo Sanz por el Coronavirus, el empresario caprichoso que puso al los hermanos Sanz en la órbita de Chile. Para que no los confundan en las conversaciones futboleras: El volante Paco era el malo y el defensa Fernando el mejorcito.