Pato Ormazábal, Guardiola y Juanma Lillo

Patricio Ormazábal es el actual entrenador de la Sub 20 de Chile. A su llegada a la Roja  dejó claro qué DTs eran sus inspiraciones. Fernando Carvallo en la UC y Néstor Gorosito en San Lorenzo aportaron en su formación, pero su mayor admiración era por Juanma Lillo, su técnico en Dorados de Sinaloa en el segundo semestre de 2005 tras su paso por Universidad de Chile y la Copa Libertadores.

Ormazábal era un volante de contención de la escuela de Lepe y Parraguez, pero con Carvallo, Rijsbergen y Olmos en la banca de la UC comenzó a conocer todos los sectores de la cancha, jugando en ambos laterales, e incluso de volante de creación. Finalmente fue el puesto de volante derecho el que lo catapultó a la Roja Adulta, ser campeón con la UC en 2002, y partir a San Lorenzo de Almagro. Tanto en Boedo como en Arsenal de Sarandí cubrió el sector derecho del mediocampo, pero en su regreso al fútbol chileno volvería a sus orígenes.

Héctor Pinto, quien lo conocía desde inferiores, lo quería como volante de contención en la Universidad de Chile. Necesitaba un volante que no solo quitara, sino que también jugara. Los corredores iban a estar por la orilla, y el 10 iba a ser Jaime Riveros. El Pato fue clave en el equipo azul que hizo buena Libertadores con Sergio Gioino como figura, y partió al fútbol mexicano.

Allá, en el Dorados de Sinaloa, su entrenador fue el español Juanma Lillo. Un estratega admirado por sus pares, con muy buena labia y que también tenía admiración por los volantes de contención de buen pie. Su émbolo sería el chileno Patricio Ormazábal, en un equipo que tenía a Sebastián Abreu, Jonathan Fabbro y Facundo Bonvín. En el Apertura 2005-06 obtuvo el lugar 14 de 18 participantes, un nuevo fracaso del DT español, que en España es conocido por ser uno de los entrenadores con más despidos en la historia de la Liga. Tiene cero título, rendimiento bajo un 50% y once equipos dirigidos en España.

En Sinaloa no estaban contentos con el español, pero Lillo esquivó el despido con una jugada maestra. Sabiendo de la admiración que Josep Guardiola tenía por él, le ofreció sumarse al equipo mexicano como última escala antes del retiro y sus inicios como entrenador. 

Tras dos años en Qatar, el semiretirado volante de 35 años llegó a México para jugar, pero por sobre todo para aprender con el “connotado” Juanma Lillo. Para eso el DT debió deshacerse de Patricio Ormazábal a solo seis meses de su llegada. Necesitaba liberar su puesto y también su cupo de extranjero. Pep vendría a cumplir la misma función que Pato, casi un halago para el volante chileno que hasta hoy cuenta su admiración por Lillo. “Lo que mas me inculcó Lillo fue recibir el balón bien posicionado. Recibir la pelota dos metros más adelante o más atrás puede marcar la diferencia entre jugar bien o mal”, contó en 2020 el volante que volvió a la U el 2006.

Guardiola finalmente jugó solo cinco meses en el Clausura 2005-06. Actuó en 10 partidos con la cabeza puesta en convertirse en entrenador. A los pocos meses volvería a España para sacar su título de DT, y luego andaría por Rosario para empaparse del Método Bielsa. Su carrera es archiconocida. Hoy dirige al Manchester City y tiene a Juanma Lillo en su staff. Un gran segundo entrenador.