Opinión: «La selección Sub 20 de Tocalli sí que era mala»

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El Fantasma Figueroa pregonaba que Rodrigo Echeverría era más que los defensores extranjeros que tenía en la U. Hace varios años vengo escuchando que Diego Rojas es el gran precio de la UC, la joya de la cantera. He leído que hay que apurar el llamado de Luciano Cabral a la adulta porque es un crack. También dicen que Jeraldino sería el nuevo Hernán Crespo del Parma, mientras que en los medios deportivos especializados adelantaban que Luis Pavez y Bryan Vejar, ambos suplentes en el torneo, iban a ser las figuras de Chile. Me vendieron la misma pomada que al Chelsea con el Cimbi Cuevas y no logré notar todo lo que aprendió Sebastián Vegas en su paso por el Barcelona.

La crítica no es para ninguno de ellos. La culpa es de todo el medio por aguantar un proceso tan largo que jamás dio resultados, ni siquiera en Toulón, donde se tenía a Nico Castillo, Lichnovsky, entre otros. Por bajar el estándar de calidad y creernos el cuento de lo que decían por ahí.

En el proceso anterior, Carvallo no resultó y llegó Mario Salas a salvar el buque. Los resultados se vieron rápido y fuimos confiados al Sub 20 de Argentina. Tras el despido de Claudio Vivas no pasó lo mismo, no hubo cambio alguno. Con Tocalli, campeón del mundo con una Argentina llena de figuras y con el Colo Colo de Miralles y Paredes, nunca se supo a qué jugaba Chile. Se siguió confiando por meses en jugadores que fueron hasta Uruguay a dar la cacha.

En el 2015 no vale la excusa de que son chicos y van a mejorar. Hoy a los 20 años eres o no eres. No hay ninguna figura de la selección adulta que haya pasado inadvertido en una Sub 20. Pueden haber buenos que no triunfaron, pero no hay malos que sí lo hicieron. Isla, Medel, Carmona, Vidal y Sánchez fueron las figuras del 2007, mientras que Jara y Fernández fueron las del 2005. Todos seleccionados y mundialistas. Bravo fue el más destacado del 2003, Aránguiz fue la figura del 2009, Díaz no pudo jugar mucho el 2005 y otros como Mena, Vargas o Albornoz simplemente no tuvieron la suerte de actuar en un Sub 20. Valdivia (2003), obviamente, es un caso aparte. Su categoría no condiciona éxitos ni fracasos. Simplemente, el weón juega.

¿A dónde voy? Ya está. Echeverría ya no fue. Tampoco Diego Rojas, mucho menos Cimbi Cuevas. Ni hablar de Raúl Osorio, Juan Fuentes o Cerezo. Peco de ser categórico, pero las estadísticas dan la razón. Ningún crack mundial, que haya jugado un eliminatorio sub 20 en cualquier parte del mundo, pasó desapercibido a esta edad. Diego Rojas no será figura porque es chico. No será más que José Luis Silva, Renato González o Kevin Harbottle. Si no eres Messi, Maradona o Valbuena, eres Damián Manso o Diego Buonanotte. Figuras en un nivel y cuando saltas al próximo, te devuelves.

Miguel Vargas será Carlos Alfaro, Carlos Arias o Carlos Espinoza. Camilo Rodríguez será Currimilla o Gino Reyes, Cerezo será Felipe Muñoz, y así. Esta Sub 20 sirvió para dar 20 nombres para el «¿Qué fue de?» o para el «Ex Sub 20 firma en Barnechea». La recordaremos como un  equipo tan malo como el del 2011. El de los Mirko Opazo, Pedro Salgado, Enzo Guerrero, José Martínez y los Yashir Pinto. El equipo donde solo destacó Lorenzo Reyes, hoy en Europa.

La diferencia entre los equipos del 2011 (Vaccia) y el 2015 (Tocalli) con el del 2013 (Salas) fue simplemente trabajo. Los pendejos buenos para la pelota siempre van a existir.