“Vas a jugar hasta los 40 años”, le dijo su DT Carlos Bianchi en un entrenamiento de Boca Juniors. A los 24 ya estaba retirado. Se trata de Marco Bahamonde, el único chileno en calzarse la camiseta 10 de Boca Juniors, la de Maradona, Riquelme, Tévez y el Beto Márcico.
En 1998, gracias a la amistad que tenía el empresario Eduardo Petrini con el entonces presidente de Boca Juniors Mauricio Macri, con quien incluso llegó a trabajar en el Gobierno, arribó al equipo xeneize junto a su compañero de Osorno Alberto González. Con 17 años llegaron a la Quinta División del equipo, donde estaba Sebastián Battaglia, y que compartía con la Cuarta de Nicolás Burdisso y Willy Caballero. El talentoso volante chileno se destacó rápidamente y llamó la atención del DT Carlos Bianchi, convirtiéndose incluso en uno de sus regalones. En 1999 Marco Bahamonde ya era parte de la Reserva del equipo y estaba cerca de debutar. Su compadre Alberto González no estaba teniendo la misma suerte.
Ya en la Reserva, se mezcló con otras generaciones, además de jugadores experimentados que no tenían espacio en el primer equipo. Seguido entrenaban con el plantel de Bianchi, que tenía a Óscar Córdoba, Bermúdez, el Negro Ibarra, Samuel, Arruabarrena, Cagna, Serna, Palermo, los Barros Schellotto y Riquelme. A Román tenía que destronar el chileno Marco Bahamonde si quería ser titular en Boca. La tenía muy difícil, casi imposible.
«Me trataban muy bien. Incluso en la pretemporada del 2000 comía con el grupo de Riquelme y Traverso. Los más grandes me decían “chileno” y mis amigos me decían gordo» contaba hace poco a AS. Justamente fue ese verano del 2000 el que lo inmortalizó entre los conocedores del fútbol. En un superclásico de verano en Mar del Plata, a estadio lleno y frente a un River Plate con titulares, fue el 10 de un joven equipo de Boca Juniors, dejando en el banco a la promesa Ómar Pérez, quien en el segundo tiempo entraría por Julio Marchant y no por él. “Me sorprendió la decisión de llevar la 10, pero sentí que fue un espaldarazo de Carlos Bianchi, él conversaba mucho con todos. A mí me tenía mucha buena», le contó a El Gráfico.
Esa noche Boca Juniors formó con Abbondanzieri, Méndez, Burdisso, Matías Marchesini y Facundo Imboden; Marchant, Pinto, Battaglia; Esa noche Boca Juniors formó con Abbondanzieri, Méndez, Burdisso, Matías Marchesini (exTemuco) y Facundo Imboden (exUC); Marchant, Pinto, Battaglia; Bahamonde; Emanuel Ruiz y Alfredo Moreno. En el segundo tiempo entró Emiliano Rey, quien volvía de su paso por la U. Fue triunfo 2-1 del equipo de Carlos Bianchi sobre el de Ramón Díaz y Bahamonde fue una de las figuras. “Fue en Mar del Plata y ganamos 2-1 con un equipo casi de puros jóvenes. También jugué ese verano contra Vélez Sarsfield y Racing. Fui titular y con la 10. Fue una gran experiencia. Nos avisaron el día antes que íbamos a jugar nosotros. Salí cuando faltaban solo tres minutos y quedé conforme con mi partido. Cumplí con la tarea que mandaron a hacer”, recuerda.
Tras eso, su paso al equipo estelar era cosa de tiempo, sin embargo el peruano José Pereda no se fue y no liberó el cupo de extranjero que necesitaba Bahamonde. El primer semestre del 2000 siguió siendo habitual en el equipo Reserva, pero para la segunda mitad del año prefirió irse a El Porvenir, equipo del Ascenso argentino que se había convertido en filial de Boca. Esa fue su última experiencia en Argentina, país del que volvía a Chile con el dato de haber sido el 10 de Boca Juniors en su currículum.
A su vuelta al país tenía todo listo para sumarse a la UC de Wim Rijsbergen, pero cuando la negociación iba encaminada, su representante nunca más apareció y los cruzados desistieron de su llegada. “En ese tiempo solo había teléfonos fijos y de ahí no pude hablar nunca más con Petrini”, cuenta hoy Bahamonde casi como una anécdota.
Tras su frustrado fichaje en la UC, volvió a Osorno, pero nunca pudo reencantarse con el fútbol. Para peor, se lesionó y debió retirarse del fútbol profesional a los 24 años. Jugó otros siete años a nivel amateur y a los 31 también debió decir “basta” por molestias a los tobillos y rodillas. Hoy hace fletes y se pasea por Osorno. A veces lo reconocen, como el vecino que jugó con la 10 de Boca Juniors y fue figura ante el River Plate de Ramón Díaz.