La tremenda dupla que nunca fue

Edgardo Fuentes es uno de los defensores más infravalorados de la historia del fútbol chileno. En 1992 volvió a  Chile tras largos años en México y fue el mejor jugador de Cobreloa y del torneo que coronó a los calameños. Problemas con el nuevo contrato lo alejaron del Norte e hicieron que firmara en Unión Española tras algunos meses de inactividad.

Por esos mismos días de 1993 el León Fernando Astengo cumplía su castigo de cuatro años, fue reducido desde los 5 originales, y se acercaba a Unión Española, el club de sus orígenes antes de sus exitosos pasos por Colo Colo y Gremio de Brasil. Con 33 años, el León avisaba que estaba intacto y se ilusionaba de la dupla que haría con Fuentes, el mejor en su puesto pocos meses atrás.

El Flaco era un crack. Muy joven debutó en Palestino haciendo dupla, ni más ni menos, que con Elías Figueroa. Juntos fueron campeones en 1978. Fuentes fue su acompañante y su aprendiz. A comienzos de los 80 partió a México para ser tres veces subcampeón con el Cruz Azul, campeón con el Puebla de Jorge Aravena y el Búfalo Poblete y campeón al año siguiente con el León. Siempre como titular y figura. Eso hasta su regreso al país en 1992. Lo curioso es que solo tiene un partido por la selección chilena, un amistoso en 1983 ante Paraguay. El secreto a voces dice que le pasó la cuenta denunciar el escándalo de los pasaportes falsos de la selección juvenil de 1979.

El León, por su parte, no jugaba desde el Maracanazo de 1989. Dotado físicamente, se mantuvo intacto lo que duró su castigo, el que fue rebajado y declarado inocente luego de comprobarse que él como segundo capitán no tenía la potestad de retirar al equipo de la cancha tras el corte del Cóndor Rojas, por lo tanto la responsabilidad no debía caer en él. Primero fueron cinco años de castigo, lo que se redujo a menos de cuatro. Apenas cumplió, se puso la Roja de su Unión. 

El León y el Flaco iban a coincidir en la Unión Española de 1993. El Pelao Acosta se frotaba los manos, además de ellos tenía a Mario Lucca, Ricardo González, Juan Carlos González y Claudio Figueroa, su stopper favorito desde tiempos de Fernández Vial y O’Higgins.

Pero no. La dupla de Astengo y Fuentes nunca fue. El Flaco solo jugó algunos partidos de Copa Chile y partió a México junto a Marco Antonio Figueroa para firmar por el Morelia, donde luego coincidirían otra vez con Jaime Vera, y también con Luis Pérez. En 1996 volvería a Palestino para jugar con Jaime Pizarro y Alejandro Hisis, pero otra vez actuaría poco y nada y se retiraría antes de tiempo. Es más recordado por su repentino pelo crespo que por algún partido en los de La Cisterna durante ese 1996.

Astengo, por su parte, no cumpliría con las expectativas. La larga inactivdad le pasó la cuenta y solo estuvo en diez partidos en la tienda hispana, además de un expulsión. En 1994 se alejó del fútbol, pero en 1995 volvería para llevar a Audax Italiano a Primera División. En 1996 volvería a Unión Española, donde tendría la regularidad que no tuvo en 1993. Jugó hasta 1998, año en el que finalmente se retiró. 

La dupla de Astengo y Fuentes acaparó portadas por aquellos años y notas en la Triunfo, la Don Balón y la Minuto 90. Eran dos de los mejores defensas de la década que se había ido hace solo tres años. Fuentes estaba vigente y Astengo era Astengo. Finalmente no se dio y el Pelao Acosta se las arregló con sus líberos y stoppers regalones. Ni Flaco, ni León, ese año fue el del Manteca. Estuvo en la Copa América de Ecuador y terminaría firmando por Colo Colo para la temporada 1994.