Esta historia salió publicada en la versión argentina de la Revista El Gráfico. En Chile poco y nada se investigó, pero al otro lado de la Cordillera la sitúan como una de las tarjetas amarillas más asombrosas de la historia. Fue el 15 de diciembre de 1996, en el 1-1 entre Argentina y Chile en Buenos Aires. El defensor chileno Ronald Fuentes llegaba a ese partido apercibido por una tarjeta recibida ante Paraguay en Asunción. Una más y quedaba suspendido por acumulación.
Un enamorado Fuentes, de la que ahora es su exesposa, sacó las cuentas y todo cuadró. Su plan era casarse a comienzos de enero de 1997 y luego irse de luna de miel, fecha por las que estaba programado el partido clasificatorio ante Perú en Lima. Si se hacía amonestar ante Argentina en diciembre, se “limpiaría” para el año 1997 y además festejaría el inicio de su vida de casados. Le pidió permiso a Nelson Acosta, el DT entendíó, y le dio el visto bueno. La condición era que la tarjeta amarilla fuera necesaria y que no provocara riesgo para el arco chileno.
Así fue como a los 63 minutos, tras una falta de Javier Margas al ex cruzado Hugo Morales, Ronald Fuentes tomaría la pelota, lo pensaría un poco y la tiraría lejos. El juez paraguayo Ubaldo Aquino no había amonestado a Margas, pero no dudó en amonestar a Fuentes, quien se perdería el partido ante Perú, pero podría irse de luna de miel.
Ocho minutos más tarde sería el mismo Fuentes quien derribaría a Ariel Ortega en el límite del área provocando el penal para Argentina. La historia mal contada dice que ahí Fuentes se ganó la amarilla, que hizo el penal para poder irse de luna de miel, pero no. La tarjeta había sido a los 63’ y el penal a los 71’. Batistuta lo cambiaría por gol y decretaría el 1-1 final luego del gol de tiro libre de Fernando Cornejo a los 52’.
Chile terminó festejando como un triunfo ese empate en Argentina. La felicidad invadía los rostros de todos, más el de Fuentes, quien además se casaría en las próximas semanas y había cumplido con el plan de ganarse una amarilla. Con lo que no contaba era que por un error inentendible del árbitro paraguayo, su tarjeta no fue consignada en el informe, por lo que no quedó suspendido para el partido con Perú.
Así fue como se casó los primeros días de enero, pero a las pocas horas ya estaba concentrando con la selección preparando el partido con Perú del 12 de enero en Lima. Ocho días antes, en Viña del Mar, fue titular en el 7-0 de la Roja frente a Armenia haciendo dupla con Pedro Reyes. Iban a ser los estelares ante Perú con Cristián Castañeda y Marcelo Miranda como laterales.
Pero no. La historia podía ser peor para Fuentes. En Perú se dieron cuenta de la omisión de la tarjeta amarilla y alegaron ante la FIFA con videos en mano. Se veía clarita la amarilla contra Paraguay y la amarilla contra Argentina. Ronald Fuentes sí tenía que estar suspendido para el duelo con Perú.
El organismo encargado de las clasificatorias le dio la razón a los del Rimac y castigó por oficio al defensa de la U, pese a que su segunda amonestación no estaba en el informe. Fuentes se perdería el partido poco antes de entrar a jugar y sería reemplazado por Juan Carlos González. Chile caería 2-1 y Ronald también perdería su luna de miel. Para muchos, la inspiración de “Acompáñeme a ver esta triste historia”.