Los relatores españoles estaban vueltos locos. Su selección jugaba contra un rival con línea de tres en el fondo, y donde todos eran González: Richard, Hugo y Juan Carlos. Ese era el último partido por la Roja del por ese entonces cobreloíno Hugo González, pero el primero de Richard y Juan Carlos. Como ellos, también debutaron ese día Mario Salas, Juan Carreño y Rodrigo Ruiz. En el segundo tiempo ingresó José Luis Sierra y en la banca estuvo José Luis Sánchez. Todos dirigidos por Nelson Acosta. Era Unión Española con el escudo de Chile.
Ocurrió el 8 de septiembre de 1993, en Alicante España. La ANFP, sin DT aún, había amarrado amistosos ante España y Francia en Europa y dos duelos ante Arabia Saudita, todos entre fines de 1993 y comienzos de 1994. La promesa era que las revanchas ante hispanos y galos se jugarían en Chile antes del 2002. Solo se cerró el encuentro ante los franceses, que sirvió como despedida de Iván Zamorano en 2001. España nunca vino a Chile y hubo una indemnización entre medio.
El primero de los cuatro duelos pactados tras la salida de Arturo Salah de la banca chilena era el juego contra los hispanos que se preparaban para el Mundial de EEUU 1994. Chile, con Mirko Jozic casi amarrado como DT, pero aún dirigiendo a Colo Colo, debió recurrir a la buena onda entre la ANFP y la directiva de Unión Española, para pedirle prestado a su DT, y de paso a sus jugadores.
Nelson Acosta venía de ganar las Copa Chile 1992 y 1993 con los de Santa Laura y tenía una base para afrontar ese duro duelo amistoso, misma base que luego llegaría hasta cuartos de final de Copa Libertadores 1994. El Pelao no arrugó y dijo que sí. Por dentro tenía una mínima esperanza de seguir en el cargo, aunque lo de Jozic estaba prácticamente listo tras el desastre de Arturo Salah en la Copa América 1993.
Así Acosta llamó a sus favoritos: Richard González, Juan Carlos González, Mario Salas, José Luis Sierra, José Luis Sánchez, Juan Carreño y Rodrigo Ruiz. Le sumó a los albos Marcelo Ramírez y Gabriel Mendoza, a quien Acosta tuvo en O’Higgins, los cruzados Mario Lepe y Raimundo Tupper, a los azules Fabián Guevara y Fabián Estay, a los loínos Hugo González y Pedro Jaque (exFernández Vial), y al temuquense Nelson Tapia, exO’Higgins también. Equipo corto para ir, jugar, cumplir, y volver a Chile. En ese tiempo la Roja no se preparaba para nada, faltaban dos años para la Copa América de Uruguay 1995, un poco más para las Eliminatorias y mucho más para Francia 1998. Esa ruta era para Mirko Jozic, pero el croata se alejó rápido de la selección, luego vino Xavier Azkargorta y la terminaría el que la empezó: Nelson Bonifacio Acosta López.
Esa tarde del 8 de septiembre en el estadio José Rico Pérez de Alicante, Chile saltó a la cancha con Ramírez; Richard, Hugo y Juan Carlos; Mendoza, Salas, Lepe, Guevara; Estay; Carreño y Tupper. En el entretiempo entraría Sierra por Guevara y luego Rodrigo Ruiz por Richard González.
Los españoles, por su parte, metían miedo y salieron con lo mejorcito que tenían: Zubizarreta; Goicoetxea, Hierro, Alkorta, Solózabal; Toni Muñoz; Guardiola, Nadal; Guerrero; Juan Salinas y Claudio. Luego entrarían José Luis Pérez Caminero, Otero, Paco Camarasa, Kiko Narváez y Quique Esteberanz. Fue 2-0 para el equipo de Javier Clemente con dos goles en los últimos 30 minutos, ambos de Julen Guerrero (61’ y 89’).
Acosta, viejo zorro, había aguantado bien en España ante una potencia mundial. Tan zorro que en 1996 fue la primera opción de la selección chilena cuando su equipo, Unión Española, era colista del torneo. El Pelao tomó el barco dejado por Azkargorta y se nutrió de la U de Miguel Ángel Russo. De ese equipo nominó a Cristián Castañeda, Ronald Fuentes, Cristián Mora, Cristian Romero, Miguel Ponce, Luis Musrri, Esteban Valencia, Víctor Hugo Castañeda, Rodrigo Goldberg y Marcelo Salas. En 1997 le sumaría a Clarence Acuña y Rodrigo Barrera y en 1998 a Galdames, Olarra y Aros.
Luego, en su tercera etapa, fue Colo Colo el abastecedor y a la Copa América del 2007 en Venezuela llevó a Bravo, Ormeño, Riffo, Jara, Fierro, Sanhueza, Meléndez, Valdivia, Fernández, Suazo y Lorca. No pudo llamar a Sánchez y Vidal porque estaban en el Mundial Sub 20 de Canadá.
Esos fueron procesos, el del 1993 fue “EL” partido en que Unión Española representó a Chile, justamente ante España. Todo un orgullo para los hispanos, los de allá y los de acá.