Desde que Jorge Sampaoli asumió en la selección chilena a comienzos del 2013, los medios de comunicación se han empeñado en buscarle un sustituto a Mauricio Isla. Que no lo busquen más. El reemplazante se llama Gonzalo Fierro Caniullán. ¿La razón? ¡¡Ya ha sufrido bastante en el fútbol como para que lo dejen abajo del avión a Brasil a último minuto poh, Don Sampa!!
Con sufrimiento no me remito a que desde pequeño le decían que tenía familiares de nombre Rosamel, que le dijeran mecha de clavo, que no tenía cuello o que jamás sería delantero por su escasa estatura. Ha tenido que aguantar que le dijeran que «fue gratis», «a buscar souvenirs», a Sudáfrica 2010 y la Copa América de Argentina 2011. Pero por algo lo ha llamado Marcelo Bielsa, Claudio Borghi, y cómo no, Nelson Bonifacio Acosta López. Pa qué decir usted, Don Jorge Luis Sampaoli Moya.
Aguantó que le dijeran ciego en Boca Juniors, sentirle el aliento a Vagner Love después del Carnaval y compartir ducha con Adriano en el Flamengo. Se puso sin problemas la camiseta apretada de Colo Colo 2002 y, aunque parecía paté, está dispuesto a ponerse ahora la de Chile. Estuvo obligado a jugar con Barticciotto como delanteros el 2002 en la altura de El Salvador por las ausencias de Neira y Quinteros. Corrió por él, por Barti, y hasta por Espina que sólo los mandaba a gritos desde el círculo central. ¿Cómo no va a merecer ir a Brasil 2014? Al menos a saludar a sus amigos que dejó en el Flamengo, menos al arquero que está preso.
En los medios le han llamado a Magnasco a Holanda para que se candidatee, le hicieron la campaña a Miiko Albornoz, revivieron al Huaso Álvarez y hasta a Rocky González lo han catalogado como el mejor lateral derecho de Chile, siendo que sube menos que sueldo de periodista deportivo.
A todos esos los dejó atrás. Fue figura contra Costa Rica, gracias a que usted puso a Miiko por la izquierda. Subió, bajó y hasta de stopper anduvo. Aún así, cuando usted, querido calvo estratega, debió llamar a alguien del fútbol local en su puesto para jugar con Alemania, se inclinó por Chapita Fuenzalida. ¿Cóooomo? Si Fuenzalida juega en la posición donde ya está Vargas, Sánchez, Orellana y hasta Junior Fernandes.
Otra vez las injusticias de la vida. Chapita, rubio y de perfecto inglés, lleva la delantera. Veamos si con Bachelet llega la igualdad y usted, casildenese, opta por el chileno medio como lo hacía el Profe Bielsa. Como dice Guarello, por el que partió la carrera de 100 metros llamada Vida, corriendo desde 80 metros más atrás que el resto. Qué feliz que estaría su hermano Rosamel.
Piénsalo Jorge, piénsalo.