Faltaban dos semanas para comenzar Francia 1998, el primer Mundial que los nacidos en el último año del 70 y los inicios de los 80 veríamos a Chile, y nuestro bolsillo no daba para más. Ahora era la mítica revista El Gráfico la que tendría su edición completamente chilena para cubrir la cita gala y quedarse por unos años más. De la mano de Felipe Bianchi y Leo Burgueño, el clon de la revista argentina se sumaría a la Don Balón, Triunfo y Deporte Total, ya existentes en el mercado. Si comprabas las cuatro, era mínimo sus 5 lucas semanales. Para un niño de 15 años eso era ser como Farkas. Estamos hablando de 1998, cuando daban 10 chocolatitos grasosos por 100 pesos. Hoy dan dos.
La Deporte Total había vuelto en mayo de 1997 en formato de diario. Cada semana salió a ganar hasta que en agosto pasó a ser revista, adelantándose al boom de Francia 1998. Ahora sí que podrían volver a cantar “a todo color, a todo color, Deporte Total es información”. A la revista le fue bien en su primer año, compitiendo semana a semana con la Don Balón, la que tenía su público cautivo desde mediados de 1992. La Triunfo, por su parte, se adquiría comprando todos los lunes el diario La Nación.
A los 5 mil pesos semanales se sumaba el especial de la Don Balón con la clasificación, que seguía a la venta, además del especial Don Balón antes del Mundial. Ese era bonito, lo hacía la Don Balón España. Además estaba el álbum Salo, el álbum Panini, las revistas/libros que vendía el Blockbuster y un cuanto hay de especiales que sacaban los diarios. Además, Las Últimas Noticias vendió unos VHS que se conseguían todos los sábado, sumándole como dos lucas más al diario. Eran las mismas imágenes que ponía el programa de recuerdos mundiales de Fernando Solabarrieta los sábado antes de las noticias en TVN.
También nos metían el fixture a todo color, el libro calendario de bolsillo, y revistas de farándula, como la TV Grama, Miss 17, VEA, o la TV Novelas, dedicadas a la vida de los cracks de la selección. El futbolero quería tenerlo todo, pero si había que elegir porque no alcanzaba la plata, el material que venía desde la farándula nunca iba a estar entre lo más codiciado. Eso que la Miss 17 tenía onda.
Si aún quedaba dinero, también se podía conseguir la edición argentina de El Gráfico en los kioscos del centro, claro que había mucho material repetido con la edición chilena. Los especiales de los diarios venían aún con Peruzzi, Ferrara, Gascoigne, Sammer, Boksic, Guardiola y Romario, que se bajaron a última hora., y los álbumes para qué decir. En el Panini aparecía Pablo Galdames y Claudio Núñez, pero no Marcelo Salas, mientras que en el Salo le seguían teniendo fe a Wilson Contreras, Esteban Valencia, Jaime Riveros, Rodrigo Goldberg, Pedro González, Juan Carreño y hasta al retirado en 1997 Víctor Hugo Castañeda. Más Faustino Asprilla, que fue, estuvo menos de un partido y lo expulsaron de la concentración por criticar un cambio ante Rumania. «Valderrama jugó peor que yo», dijo. De qué sirvió haber coleccionado su lámina. En ese año perdonábamos todo, a pesar de estar gastando lo que teníamos.
Como los que se endeudaron por años para viajar a Francia o los que pasaron de la tele de perilla marca Bolocco a su primer Trinitron de Sony, ellos, como nosotros, «porque no teníamos nada, quisimos tenerlo todo». Era nuestro primer Mundial, qué más da.