“Tío, me puede llamar en un ratito, es que voy en la micro pa la casa”. Debe haber sido la primera que alguien me dijo Tío. Yo tenía 29 años, mientras que Erick Pulgar disfrutaba de sus 19 primaveras. Iba en una liebre rumbo a su casa tras el entrenamiento de Antofagasta. Un celular con plan era su primer autorregalo. Al auto propio le faltaba un rato aún. Ya iba a llegar.
Estábamos entrados en el segundo semestre del 2013. Había pasado el boom del Mundial Sub 20 de Turquía. Muchos de esos jugadores ya estaban en Europa, pero otros tantos seguían en la liga chilena. La misión de la redacción era encontrar las siete promesas sub 20 que pisaban fuerte. El mejor de todos ellos, quizá solo para nosotros, era Erick Pulgar. Fue el único no mundialista que apareció en la lista. Era el número uno.
Papelucho jugaba sin distinción como central o volante de contención. Tenía “buen pie” y llegaba con facilidad al gol. Cuando era zaguero lo hacía por la vía aérea o en un córner. Cuando era volante, a través del juego asociado. En esa entrevista confesó que le gustaría jugar en Colo Colo, aunque en realidad le daba lo mismo. Quería jugar y jugar. Era su primer año con regularidad en el profesionalismo tras su debut en 2011 como lateral derecho.
Pulgar, antes que Ampuero y Asta Buruaga, era la primera promesa defensiva que fichaba en la UC. Hizo de San Carlos su lugar en el mundo y se hizo hincha de la UC, como Buonanotte o Pinares. Desde la precordillera partió a Italia a jugar por el Bologna. Hoy suma mucho más buenas que malas en la Fiorentina. Dicen que ese equipo no es para él, pero se acaba de reforzar con Nicolás González, de lo mejor de la selección argentina. Tiene varios seleccionados en sus filas.
En la Roja tomó la camiseta de Marcelo Díaz. Se lo adjudican todo a Reinaldo Rueda, aunque en realidad el DT colombiano insistió mucho con Gary Medel y Lorenzo Reyes en es posición. Las lesiones de los “titulares”, y la presión externa e interna, hicieron que el Pitbul volviera a su lugar de zaguero central, mientras que Lolo se quedaría out por largos meses. Recién ahí fue el turno de Pulgar, justo antes de la Copa América 2019. Rendía, pero el nombre de Marcelo Díaz enceguecía el análisis.
Pulgar hizo oídos sordos En dos años se jugó poco a nivel de selecciones, y tuvo suerte que no hubo Roja en sus peores tiempos en la Fiorentina. El retorno a la competencia lo pilló bien… y a Marcelo Díaz varios meses fuera en el Racing de Argentina por lesión.
Como dijeron por ahí, Pulgar fue el primer graduado para la Generación Dorada. Antes que Maripán, antes que Arias y la Joya Palacios. Tiene marca, no solo con pie, sino también imponiendo su 1.86 de altura. Tiene cabezazo, pero por sobre todo buen pie. Es un elegante y espigado mediocentro. De esos que no hay mucho en el fútbol moderno. Por lo general son bajitos, con dos máquinas corriendo a su lado como internos. Lo han comparado con Busquets y Paredes. Los más afiebrados con Kroos y Pogba, aunque esos no juegan como eje central.
En Copa América, como en los últimos partidos eliminatorios, ha sido el mejor de Chile. Bien ubicado y hasta con gol. Una proeza, ya que en Chile solo anotaban Vidal y Sánchez. La buena noticia es que Vargas y Brereton se han sumado a la lista. El Gringo Brereton, del que todos hablarán, el que con su gol opacará mediáticamete a Erick Pulgar, el mejor de Chile hasta ahora.