El torneo que Larrivey y Paredes fueron una dupla…no tan letal

Pintaba para ser la mejor dupla de goleadores en la historia del Atlante, con el perdón de Sebastián Chamagol González y Luis Gabriel Rey. El 4 de enero de 2013 el argentino Joaquín Larrivey era presentado en México proveniente del Cagliari de Italia. Su compañero de ataque iba a ser el chileno Esteban Paredes, goleador del torneo mexicano en el segundo semestre del 2012 con los Potros, además de segundo mejor jugador de la liga, superado por el fallecido delantero ecuatoriano Christian Benítez. La dupla para el 2013 sería Larrivey – Paredes. Un derecho y un zurdo. Un definidor y otro que se enganchaba. Un cabeceador y un buen centrador. Nada podía salir mal. El DT Ricardo La Volpe se sobaba las manos para el Clausura 12/13.

El delantero argentino había sido una de las grandes apariciones del fútbol trasandino a mediados de los 2000. Fue clave en el ascenso de Huracán en 2007 siendo la figura de los partidos de Promoción ante Godoy Cruz. De pelo largo y ojos claros, le pusieron el Bati, por Gabriel Batistuta, obviamente. Tenía potencia, arrasador, diferente a lo que muestra hoy en Universidad de Chile, donde es un definidor de último toque. El Cagliari de Italia se fijaría en él. Se llevaba al nuevo Batistuta argentino.

En el Cagliari estuvo en tres oportunidades. Entre medio tuvo un préstamo en Vélez Sarsfield, compartió con Waldo Ponce y fue campeón en 2009 ante su “natal” Huracán, en el polémico partido donde explotó el DT Ángel Cappa. Por esa campaña volvió a Italia, pero a los seis meses estaba de regreso en Argentina para jugar en Colón. En su tercer paso por Cagliari recién logró algo de titularidad. En el club italiano compartió con Mauricio Pinilla, el otro chileno con el que formó dupla de ataque. Sí, en Italia los ponían juntos. Dos grandotes cazando goles en el área.

Tras Cagliari recaló en el Atlante para el Clausura 12/13. Ahí compartiría con el Tanque Paredes. Fueron dupla, pero estuvieron lejos de lograr los objetivos. Ni fotos de ellos hay juntos. Formados antes de los partidos, Larrivey iba parado arriba y Paredes agachado abajo. El argentino solo anotó dos goles en catorce partidos. La figura sería el chileno, quien fue varias veces capitán e hizo 5 tantos en 16 encuentros. A los 33 años firmó un millonario contrato en el Querétaro, pese a ser colistas del torneo con Atlante. Siete goles entre ambos había sido muy poco. Un golpe fuerte de la expectativa a la realidad.

En su llegada a la U, Larrivey recordó al emblema colocolino. “Con Esteban jugué en Atlante. Es un goleador extraordinario, realmente impresionante. Yo creo que es una especie de (Martín) Palermo chileno. Siempre está ahí para hacer los goles, en Atlante hizo un montón. Después seguí un poco su carrera, en Querétaro también hizo un montón de goles». Bastantes. Fue goleador del equipo y hasta la jineta le dieron. Tras eso decidió volver a Colo Colo para ganar la 30.

Lo de Larrivey en el Atlante fueron solo esos seis meses de 2013 en el Clausura 12/13. En agosto ya estaba en el Rayo Vallecano, donde tuvo de sus mejores presentaciones en Europa con 12 anotaciones. El Celta de Vigo de Eduardo Berizzo lo trajo de vuelta al primer plano español contratándolo por tres años. Fue compañero de Fabián Orellana y Pedro Pablo Hernández. Pese a hacer goles y ser una muy buena opción de ataque, tuvo una suspensión de cuatro partidos. Una mancha negra, donde no tuvo nada que ver. A finales de 2014 en un partido contra Almería, Larrivey fue suspendido, supuestamente por llamarle «ladrón» al árbitro Gil Manzano, aunque horas después, su compatriota Augusto Fernández reconoció que él fue el que le había llamado así al árbitro. El Celta incluso envió pruebas que refrendaban la versión del capitán celeste, pero eso no evitó la sanción para Larrivey, quien en redes sociales mostró indignación, además de elogiar el valor de Fernández al admitir su responsabilidad. Tras eso se iría a Emiratos Árabes, luego Japón y finalmente Cerro Porteño antes de su llegada a la U.

En la U se está convirtiendo en leyenda. No la leyenda de Leonel, Superman, Matador o Musrri. La leyenda, el mito urbano, del goleador al que le tiraban un melón desde 60 metros y la metía al ángulo. Qué sería de la U sin Larrivey. Qué hubiera sido del Atlante y Paredes con este Larrivey.

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