¿Cuántas veces?

Cuántas veces vimos a Vidal y Aránguiz como volantes de contención en esos partidos en que Chile se comía al rival. Ante EEUU, tras la salida de Diego Valdés, fueron los encargados de estar más cerca del delantero, rol que antes cumplían con la ayuda de Sanchez, Valdivia, Hernández, Vargas, Fuenzalida, Mark González, Matías Fernández, Puch y otros. Hasta el mismo Aránguiz se sorprendió cuando Pulgar entró por Valdés y el jugador del Bologna le avisó al Príncipe que iba de volante de salida. Naturalmente Aránguiz se corrió para atrás. Desde la época de Cobreloa, y los primeros partidos de Sampaoli en la U, que Charles no era conductor.

¿Cuántas veces Reinaldo Rueda se habrá imaginado este planteamiento desde que se pactó el partido con EEUU? No estamos en su cabeza, pero seguramente nunca hasta la noche anterior del encuentro. De lo contrario hubiera llamado a un lateral volante zurdo y a una opción para Diego Valdés como volante de salida. O al menos no hubiera existido duda hasta último minuto sobre si el líbero iba a ser Medel o Jara. Esos cambios son decisiones de torneo largo, cuando hay lesionados y suspendidos y hay que recurrir a «lo que hay». No cuando hay un universo amplio de seleccionables.

¿Cuántas veces en los últimos años Chile había jugado con un solo delantero todo el partido? Ni Claudio Borghi de visita se atrevió a tanto. Las veces que lo hizo, siempre terminó sumando a un segundo atacante. Nelson Acosta “camuflaba” a Luis Jiménez. Juvenal Olmos al menos sumaba “punteros” como Fernando Martel, Mark González o Rodrigo Valenzuela.

¿Cuántas veces desbordó Óscar Opazo? Que el Torta haya hecho el gol no ayuda para el análisis. Le pasó lo del Murci Rojas. Siempre perdió un tiempo al enganchar para atrás para su pierna derecha, y aún muy lejos de la línea de fondo. Rueda ya dijo en conferencia que seguirá llamando a Beausejour, mientras que en un par de semanas Opazo volverá a ser el lateral derecho de Colo Colo cuando se recupere Ronald de la Fuente. ¿Opazo irá a Copa América como lateral derecho o como lateral izquierdo? Seguramente ni Rueda lo sabe aún.

¿Cuántas veces Chile ha salido a no perder o a buscar un empate en el extranjero y al final no ha servido para nada? En un partido oficial puede ser, pero los amistosos son para probar fórmulas. En la época de Orlando Aravena, Arturo Salah y Nelson Acosta fue habitual. Con Bielsa, Sampaoli, Pizzi, e incluso en la primera etapa de Rueda, se perdió de visita, pero mostrando algo. En EEUU ganó el temor. Ganar la Copa América es tarea titánica, pero si lo hacemos con Rueda, no será como el equipo arrollador del 2015. Ni imaginarse una ronda de muere muere contra Uruguay, Colombia o Argentina. La semilla que sembró Bielsa la taparon con tierra. 

¿Cuántas veces más Reinaldo Rueda verá a Jean Meneses, Felipe Mora y Diego Rubio en vivo y en directo? Probablemente nunca más. Quedan un par de microciclos con jugadores de la liga chilena antes de la nómina oficial. Luego un amistoso ante Haití con el plantel que estará en Brasil 2019.

¿Cuántas veces Diego Valdés se echó rivales norteamericanos al bolsillo jugando Concachampions? En Houston jugó ante los mismos marcadores, pero esta vez con la camiseta de Chile y al ritmo europeo de Aránguiz, Vidal o Isla. El jugador de Santos Laguna estaba un tiempo más tarde.

¿Cuántas veces preferiríamos que este plantel nos tape la boca y ganen una nueva copa para Chile? Muchas veces lo preferiríamos, casi tantas veces como los errores y las contradicciones de Rueda en este proceso. Él mismo lo dijo: “los jugadores me han hecho ganar a mí y no yo a ellos”. ¿Cuántas veces más Chile podrá ser tricampeón de América? Ahora o nunca.