El 19 de enero de 2018 Reinaldo Rueda fue presentado como DT de Chile. Llegó con varias certezas: quería dos centrales altos, la línea de 4 siempre le había dado resultados, Gary Medel sería volante y los punteros serían vitales en su esquema. Un año y dos meses más tarde, y luego de probar 79 jugadores, acaba de perder un partido (3-1 ante México) sin cumplir con ninguna de esas promesas.
En San Diego, EEUU, Chile comenzó jugando con un 4-4-2 y terminó con un 3-4-1-2. No usó extremos en todo el partido, Gary Medel fue defensor central, con un bajo promedio de estatura junto a Gonzalo Jara, a excepción de Guillermo Maripán. El Huaso Isla y Opazo fueron los externos, pero no tuvieron a nadie para hacer el tándem por la orilla. En el medio, Aránguiz y Vidal fueron de lo mejorcito. Pulgar, siendo un gran jugador, anduvo bajo jugando en la posición que hasta hace unos meses tenía Marcelo Díaz, el segundo mejor jugador de la Argentina de la actualidad. Arriba sorprendió con Iván Morales, el cuarto centrodeldntero de Colo Colo, quien le quitó la posibilidad a Diego Rubio, solo probado como puntero, además de a Felipe Mora.
Lo de Gonzalo Jara es tema aparte. Se iba a transformar en el primer cambio de Chile tras el 0-3, pero el rápido descuento cambió los planes. Reinaldo Rueda quería evitar una goleada mayor, pero el gol de Castillo dejó a Chile otra vez en carrera. Es decir, los jugadores modificaron el planteamiento del técnico y no el técnico el planteamiento de los jugadores. Finalmente Jara entró, pero lo hizo junto a Opazo. Pero el Torta ingresó como lateral volante izquierdo, pese a ser derecho, y no para realizar el tándem con Mauricio Isla planificado en la semana, semana en la que Jean Meneses siempre fue titular, con tres o con dos arriba. Finalmente ni siquiera entró.
Lo de Rueda a esta altura es impresentable. Catorce meses y cero identidad. Pizzi, de lo peorcito que ha pasado en el último tiempo en términos de identidad (ganó una Copa América), al menos implantó el fútbol de tenencia. Bielsa y Sampaoli ni hablar. Borghi se la jugó con su 3-5-2. Con el “Profe Rueda” ni siquiera podemos decir a qué jugamos.
Quedan diez semanas para la Copa América. Por la SuperCopa de Chile, Rueda no pudo llamar ni a Fuenzalida ni a Puch. Pero, ¿tendrá pensado llamarlos? Con esos dos jugadores, volver a los
tres arriba, con dos punteros, será cosa de tiempo.
¿Y si llama a Luis Jiménez? El Mago no entra en el esquema de tres arriba, sí en el del rombo que usó ante México. ¿Y Vargas? Preseleccionado y reservado al Tigres, pero luego no convocado en la nómina final. ¿Y Bravo y Sánchez, llegan? La excusa de Rueda fue que en el Manchester City no habían respondido sobre la situación de Bravo, pero que con Sánchez sí tiene comunicación directa y cree que llegará. Impresentable disparidad de criterios para relacionarse con uno y con otro.
¿Querrá realmente seguir en Chile? A veces pareciera que no, que boicotea su trabajo, que hace todo para irse, que hace nóminas inexplicables, que en las conferencias no explica nada, que no trabaja la elaboración de jugadas, que se la juega solo por las patriadas de Vidal o de Isla por la orilla ¿A qué juega Chile? ¿A qué está jugando Rueda?