Ni zorra, ni madre, ni monja. Nunca más un “no tiene huevos”, ni un “no lloren como mujeres lo que no supieron defender como hombres”. No más “María tres cocos”, ni “La Rojita” para referirse a la “La Roja Femenina” adulta.
No más el folcklórico “Hijo de Puta” al árbitro, ni críticas a periodistas, árbitras o entrenadoras por ser mujer y no por sus capacidades. No más “le pegó como mujercita”, ni el obsoleto “jueguen con falda mejor”. No más “hasta la rama femenina juega mejor”.
No es necesario el “todes” ni el “futbolistes”, sí el respeto básico y el sentido común. ¿Exageración? Es necesario correr la valla lo máximo que se pueda, para que se vaya acomodando solita en una sociedad que avanza, y en donde todavía hay muchos que no se suben al carro, el carro de la victoria, como diría Luis Santibáñez.
Hay que correr la valla no solo en el fútbol y lo que lo rodea, sino que en todo ámbito. A esta altura decir eso debería estar de más. Lamentablemente aún no es así. Nuestros respetos a las mujeres futboleras, y obviamente a todas las mujeres, en este 8 de marzo.