Sergio Fabián Vázquez estaba obsesionado con jugar y ganar la Copa Libertadores. Hasta 1992, con 27 años, nunca la había disputado y tenía status suficiente para hacerlo. Era el primer central de la Argentina que se quedó con el título de la Copa América 1991 en Chile. Hasta ese momento había hecho toda su carrera en Ferro Carril Oeste, y luego del título en Santiago partiría a Racing Club de Avellaneda.
El primer acercamiento con la Copa Libertadores fue en febrero de 1992, cuando solo llevaba seis meses en la Academia. Rechazó una oferta de Independiente por 750 mil dólares y aceptó una de San Lorenzo por 800 mil. Los de Boedo jugarían la Copa Libertadores de ese año ante Newell`s Old Boys, Colo Colo, la UC y Coquimbo, el año en que Colo Colo campeón prefirió comenzar desde la fase 1 para no perder dinero.
Todo estaba OK con San Lorenzo. Los Santos le comprarían el pase a Ferro Carril Oeste. El Charly posó con camiseta de San Lorenzo y ya pensaba en la Libertadores de 1992. Ahí vino la pregunta clave. ¿Quién me paga mi 15% de porcentaje? El presidente de San Lorenzo dijo que sería Ferro, y el de Ferro dijo que sería San Lorenzo. El mandamás cuervo, Fernando Miele, le prometió que ese año ganarían la Copa y que en 1993 ya estaría en Italia ganando millones. A Charly no le gustó nadita la propuesta. Vázquez seguiría en Racing, mientras que San Lorenzo se iría en cuartos de final de la Copa.
Ese año 1992 el zaguero pasaría a Rosario Central a mitad de año, poniéndose de inmediato la jineta de capitán. En octubre Argentina ganaría la Copa Confederaciones, llamada Rey Fahd, venciendo a Costa de Marfil y Arabia Saudita. Vázquez seguía armando la dupla de centrales con Óscar Ruggeri. Para esa fecha, a fines de 1992, era tentado por Boca Juniors, pero en 1993 los cupos argentinos en Copa Libertadores serían para River Plate y Newell’s. La mejor oferta venía desde Europa. Paris Saint Germain quería sus servicios.
Tras el título de la Rey Fahd, el Charly se dejaba querer para partir a Francia en el año en que jugaría la Copa América 1993. Sería compañero de Ricardo Gomes, David Ginola, George Weah, entre otros. Otro año quedaría pendiente su obsesión de jugar y ganar la Copa Libertadores. Un diálogo con el presidente cruzado Alfonso Swett cambiaría todo. “Lo que me llevó elegir a Universidad Católica fue quién me vino a hablar para convencerme, que fue Alfonso Swett. Lo hizo desde la primera palabra, donde prometió que armaría un equipo competitivo para jugar Libertadores y ganarla. Me motivaba estar cerca de mi casa”, contó Vázquez. En Católica había fracasado un trueque de Luis Pérez por Eduardo Vilches con Colo Colo. Los albos no aceptaron. La UC seguía buscando un central.
Vásquez había enfrentado a la UC en 1992 en un amistoso con Ferro Carril Oeste y se había enamorado de sus instalciones. Ese 1992, después de caer en Copa Libertadores ante América de Cali, se iría el último zaguero central extranjero de los cruzados, el peruano José Guillermo del Solar. En 1993 buscaban un nombre igual o mejor. Vázquez era el apuntado. Le ofrecieron 700 mil dólares y el proyecto de la Copa. “Tenía la posibilidad de irme al París Saint-Germain, pero dije que no por venir a la Católica. Yo quería jugar la Copa Libertadores, nunca la había jugado, así que se me dio la opción, y tuve la opción de jugar la final, aunque lamentablemente no pudimos ganarla”, narró Vázquez, quien el 24 de febrero de 1993, el día que la UC debutaba en la Copa ante Cobreloa en Calama, le ganaba a Dinamarca la Copa Artemio Franchi, entre el ganador de la Copa América 1991 y la Eurocopa 1992. Con Vázquez ya inscrito en la UC jugando como titular, Argentina le ganaría por penales a los europeos. Las ofertas no respetaban nada. Seguían y sumaban.
Ese mismo 1993 sumó nuevos ofrecimientos de PSG y de Boca Juniors, que quería cambiarlo por Alejandro Mancuso. A esas opciones se le sumaba la de River Plate. Vázquez prefirió seguir en la UC. Nombres conocidos como Lunari y Reinoso, y luego Jorge Vasquez, lo convencían. Ese 1993 fue subcampeón de la Libertadores, golazo suyo de tiro libre en la llave ante Barcelona de Guayaquil y otro de mediacancha a Atlético Nacional en Colombia., Además volvió a ganar la Copa América. Año redondo jugando en Chile.
En 1994 fue figura en la UC y se terminó de ganar el cariño cruzado con el gol a la U con nueve jugadores. Iría a EEUU 94, pero una lesión a la rodilla por un choque con Darío Franco días antes del debut le impediría ser titular, En 1995 ya empezó a jugar mucho menos y se le acusó de “bajarse de los clásicos”, de los que hubo muchos entre 1995 y 1996. Ese año la situación no dio para más y Pellegrini se deshizo de él y del Gallego Vásquez. A las pocas semanas también se iría Pellegrini.
Charly ya estaba desencantado. Fichó en Banfield en 1996 y partió a Japón en 1997. Allá, en el Avispa Fukuoka, tomó la decisión de dejar el fútbol recién a los 32 años. Varios de los los mejores partidos de su carrera los jugó en San Carlos de Apoquindo. Pudo ser el Parque de los Príncipes, pero Charly prefirió pelear la Libertadores con un club chileno y estar cerca de la selección en año de Copa América y Clasificatorias. Le resultó la apuesta.