Cuando la U pensó que tres jugadores del fútbol boliviano podían ser la solución

Verano del 2003. Estaba mala la cosa en la U. El sol, el polvo y los zancudos de El Noviciado eran testigos de la intensa pretemporada que comandaba el entrenador Víctor Hugo Castañeda. Jugadores como Luis Musrri y Cristián Mora habían pasado de recordados veranos de preparación en Miami, a dormir en cabañas y camarotes en un seco Pudahuel. La U cada vez estaba más cerca de la quiebra, la que ya había alcanzado a Colo Colo un año antes. Si no había plata para viajes y lujosas instalaciones, tampoco había para refuerzos. Tenían que ingeniárselas.

Por esos años el DT chileno Sasha Mitjaew dirigía en Bolivia. En 1984 había sido el DT de Víctor Hugo en Palestino y ahí se había formado un lazo. Conocedor del fútbol altiplánico, el exótico entrenador nacional recomendó tres jugadores de la liga boliviana para que probaran suerte en la U. Eran nombres que habían sido figuras en los últimos años en Bolivia, y que años después llegarían a la selección de ese país, sin embargo en la U no pasaron la prueba. ¿Quiénes eran? El defensor central brasileño Clemilson Da Silva y el “talentoso” volante Jaime Cardozo, ambos del Mariscal Braun, club que dirigía Mitjaew. Antes que ellos había llegado el habilidoso zurdo Alex Da Rosa (27 años), quien podía ser volante o delantero.  También había llegado a Mariscal Braun en 2001, pero venía de ser figura en el The Strongest en 2002, club al que llegaban varias ofertas, que lo quería retener, pero desde donde él quería partir para progresar en su carrera. La Universidad de Chile era el plan ideal. Se juntaba el hambre con las ganas de comer.

Alex Da Rosa, por ese entonces brasileño, entró en conflicto con The Strongest por no querer renovar contrato, pese a que el club tenía el 50% del pase. Agarró sus cosas y cruzó la frontera. Fue el primero de los tres en llegar a Chile, incluso antes de partir a El Noviciado. Sus primeros días en la U fueron en el Caracol Azul. Ahí lo vio Víctor Hugo Castañeda. Zurdo como él, era quien más chances tenía de quedar, sin embargo los exámenes médicos dirían otra cosa. Una lesión en una de sus rodillas lo alejó rápidamente del fútbol chileno. Volvería finalmente a The Strongest, se nacionalizaría, y desde ahí llegaría a la Selección en 2004 para jugar ante La Roja rumbo a Alemania 2006. Cinco años más tarde, en 2009, volvería a la Selección para las Clasificatorias a Sudáfrica. Jugaría tres partidos y le anotaría a Argentina en el histórico 6-1 en La Paz.

Con Da Rosa haciendo las maletas en enero del 2003 debido al parte médico, otro creador boliviano comenzaba a ilusionarse. Se trataba de un muy joven Jaime Cardozo (21 años), otro que arribó a El Caracol Azul, pero que sí llegó a empezar la pretemporada en las paradisiacas instalaciones de El Noviciado. Diestro, talentoso, pero algo lento, no cumplió las expectativas de Castañeda, quien para ese puesto ya tenía a Mauricio Donoso. En 2002 había jugado 33 partidos, pero solo había convertido un gol. Parecido al caso de Da Rosa, al cabo de unas semanas entrenando con la U, lo de Cardozo no prosperó, pero luego sí tendría una gran carrera en su país. Desde la U iría a Independiente Petrolero en 2003, Iberoamericana en 2004, pero luego agarraría tres de los equipos grandes de su país entre 2005 y 2013. El Jorge Wilsterman, el Aurora y The Strongest serían sus casas, llegando a jugar tres partidos por la selección de Bolivia.

Ya en El Noviciado, en el primer lunes de la pretemporada, se sumaría el compadre de Cardozo. Se trataba de Clemilson Da Silva, su compañero de equipo semanas antes en el Mariscal Braun, club que tenía el 30% del pase de ambos. Clemilson era un delgado zaguero brasileño, parecido a Miranda. Venía de jugar una temporada completa con 39 partidos en 2002 y de anotar tres goles. De los tres que llegaron desde Bolivia hasta a Chile, el zaguero fue quien más cerca estuvo de quedarse y fue titular el 24 de enero de 2003 en un amistoso ante Santiago Wanderers en Playa Ancha. A los 61 minutos sería reemplazado por Cristián Mora, mientras que Jaime Cardozo había estado solo 45 minutos en cancha antes de ser desplazado por Mauricio Donoso en el entretiempo. Tras el 0-0 final el volante volvería a Bolivia, mientras que el brasileño seguía en el club.

Llegó a estar un mes entrenando con la U hasta el dedito para abajo de Víctor Hugo Castañeda. Lo curioso es que el Doctor Orozco sí quería contar con él y le ofreció contrato. «Sí, me quedo acá. Estamos arreglando los últimos detalles del contrato. Anoche (lunes) hablé con el presidente (René Orozco) y llegamos a un acuerdo», señalaba Clemilson a Cooperativa el 4 de febrero. «No sé la idea del entrenador. Hoy (martes) no pude hablar con él porque salió temprano con el grupo. Voy a seguir entrenando hasta que tenga la oportunidad de jugar», comentaba. Finalmente no se sumaría al club y su cupo de extranjero sería llenado por Diego Rivarola. Poco antes había firmado Faustino Asprilla, sumándose a Fernando Pierucci y Juan Pablo Raponi.  En nombres parecían mejores que los “bolvianos”. Un ex Rosario Central y un ex River Plate en lugar de Da Rosa y Cardozo. Los rendimientos de los argentinos, para muchos, dirían otra cosa.