Con Uruguay cerramos la fecha y jugamos con todos los resultados puestos. No se trata de la fase de grupos de la Copa América 2019, sino que de la sexta fecha de las Clasificatorias rumbo a Francia 1998.

Aquella jornada se jugó en el segundo fin de semana de noviembre de 1996, sin embargo la Roja y uruguayos se enfrentaron el martes 12, dos días después del resto de los partidos. ¿La razón? La VI Cumbre Iberoamericana en Casa Piedra se llevó todo el contingente policial y obligó a postergar el partido.
Los días extra le dieron tiempo a Nelson Acosta. Ahí apareció Luis Chavarría entre los titulares e Ivo Basay salió del equipo. Claro, hasta horas antes del encuentro el tridente Rozental, Basay, Salas era el indicado por todos para suplir la ausencia de Iván Zamorano. El Matador ya estaba en River Plate, mientras que el Hueso y Rozental la rompían en la liga chilena. El trío de delanteros se caía de maduro, pero Acosta tenía una sorpresa de última hora: Luis Pérez.
El Chico Pérez había renacido en la UC de la mano de Fernando Carvallo tras la partida de Manuel Pellegrini. Sin Vega y Sierra en la nómina, con Fabián Estay cortado y con el Coke Contreras en la banca, el campeón de América sería el enlace de la Roja por delante de Cornejo, Chavarría y Víctor Hugo Castañeda. Arriba irían Rozental y Salas, mientras que Basay finalmente iría al banco.
Y así se jugó el primer tiempo. De dientes apretados, friccionado. Luis Pérez era figura ante el mediocampo campeón de América un año antes. No era menor, ahí estaba Poyet, Cedrés, Saralegui y Álvaro Gutiérrez. Luis Pérez tendría el 1-0 con un cabezazo y Rozental también con un tiro que se fue rozando el palo de Siboldi. Por Uruguay Francescoli movía los hilos, eso hasta que Luis Chavarría le daría una patada criminal que lo sacaría del partido en el entretiempo. Tarea cumplida del Chiqui. Check de Don Nelson.
Pero el karma jugaba. La figura de Chile, Luis Pérez, también terminó lesionado el primer tiempo. En su reemplazo ingresó Ivo Basay para jugar los únicos 45 minutos que actuaría en el proceso Acosta. Sebastián Rozental bajaría a la zona de volantes y el Matador se mantenía como intocable de punta de lanza en el área charrúa liderada por los históricos José Herrera y Paolo Montero.
Y ahí estaba Salas, en el área, cuando a los 60’ Víctor Hugo Castañeda avanzó a saltitos por la izquierda. Allá en el punto penal vio a un rojo con la camiseta 11, la misma que veía cuando jugaban juntos en la U. El 14 lanzó un centro medido y del resto se encargaría el Matador. En lo alto le ganaría al lateral Gustavo Méndez, quien cerraba desde la izquierda, para hacer el primer gol más gritado en esas Eliminatorias, antes que llegara el de Pedro Reyes a Perú en la penúltima fecha. Tras una hora exacta de juego con los dientes apretados, por fin las 75 mil personas en el estadio Nacional se sintieron con vida otra vez en las Eliminatorias luego de las caídas ante Colombia y Paraguay como visita. Se veía el calendario, y casi aparecían solo partidos de local, pero antes había que ganarle a Uruguay.
Minutos después del gol del Matador vendría la patada criminal de Paolo Montero a Cornejo y el “siga, siga” del árbitro. Por ahí también ingresaría Cristián Mora por Sebastián Rozental. Había que cuidar el 1-0, había que cuidar el gol más importante rumbo a Francia 1998. Así no más fue. ¿Lo malo? Era martes y al otro día había prueba.