La revista El Gráfico de Argentina duró 98 años y ocho meses. Nació en mayo de 1919 y su última edición vio la luz en enero de 2018. La crisis publicitaria fue tal que ni siquiera vendiendo por adelantando los meses previos al Mundial Rusia 2018 permitieron su permanencia, al menos para estar presentes en una eventual consagración de Lionel Messi. El año 2017 lo habían terminado quemando aceite.
Con la información del inminente término de la revista, hubo una decisión editorial. La última portada y el reportaje central sería para Ariel Holan, el técnico de Independiente que le había cambiado la cara a uno de los grandes de Argentina y los había llevado a la consecución de la Copa Sudamericana, ganándola en el Maracaná ante el Flamengo de Reinaldo Rueda. “El Reparador de sueños”, le pusieron a la ahora ya histórica nota.
Lo curioso es que pocos años antes Independiente ya había ganado esta Copa de la mano de Antonio Mohamed, pero la sensación y el festejo no fueron ni la mitad de lo que provocaba el equipo de Holan, quien incluso puso a Maximiliano Meza en el mundial ruso y a Ezequiel Barco con un millonario contrato en la MLS. El DT Holan, venido del mundo del hockey, había armado una revolución en Avellaneda, la misma que ya había hecho en Defensa y Justicia. “Ataque y Justicia” le decían a su equipo que se animó a pelearle a los grandes.
El sorprendente DT ya comenzaba a sonar como lógico reemplazante de Marcelo Gallardo en River Plate, quien cada fin de año ponía en duda su continuidad. También fue candidato a la Selección Argentina tras la salida de Jorge Sampaoli. A una selección ya había dirigido, pero en hockey. En los Panamericanos 2003 estuvo a cargo de la selección femenina sobre césped de Uruguay, logrando el bronce en Santo Domingo, República Dominicana.
Tras su paso por el hockey llegó al fútbol. Fue parte del equipo de Jorge Burruchaga en Arsenal, Estudiantes e Independiente, y luego directamente Ayudante Técnico de Burru en Banfield y otra vez en Arsenal de Sarandí. El bichito del fútbol picaba más que el del hockey. Holan era el nuevo “bicho raro” del fútbol argentino.
Dirigió las inferiores de Argentinos Juniors, pero el destino le tenía preparado el salto a las grandes ligas. Llegaría a River Plate como ayudante de Matías Almeyda en su etapa en el descenso, obteniendo rápidamente el campeonato y el ascenso a Primera, división en la que no podría dirigir junto al Pelado Almeyda, quien seria reemplazado por otro Pelado, Ramón Díaz.
En 2015 le llegó la hora de despegar en solitario. Lo hizo en Defensa y Justicia, un equipo que le acomodaba, de paladar negro, de fútbol ofensivo desde la época de Darío Franco, justamente el entrenador a quien reemplazó. Tras su gran etapa en el Halcón vendría su paso en 2016 a Independiente de Avellaneda, el equipo del que es hincha y al que devolvió por algunos años al sitial al que pertenece, el de los cinco grandes, peleando campeonatos y siendo protagonista en la cancha que compitiera. En su proyecto llegó a incluir a los chilenos Francisco Silva y Pedro Pablo Hernández tras el título de la Sudamericana y pensando en ganar la Libertadores que se le avecinaba, la Copa Libertadores 2018 que la recién desaparecida revista El Gráfico no llegó a cubrir.
Antes lo quiso la U. De Chile, pero el entonces propietario Carlos Heller lo descartó con un ninguneo que envejeció mal. “Yo no quiero a un entrenador de hockey”, dijo cuando se lo ofrecieron junto a Ángel Guillermo Hoyos. Años más tarde sí llegaría a la Universidad Católica y la historia de ahí para adelante es más o menos conocida. Campeón con los cruzados e insertado de lleno en el medio chileno, siendo candidato a la Roja cada vez que el puesto estuvo disponible, incluso cuando Reinaldo Rueda aún era el entrenador. Tras la UC, un paso en falso en Santos de Brasil, con muchos problemas económicos, y luego al solvente León de México, equipo en el que no quiso renovar para estar disponible para un proyecto más competitivo. Le gustan los desafíos. El Reparador de Sueños, le pusieron.