22 de agosto de 1993: La tragedia del Monumental

El hincha de Colo Colo podría sacar pecho hasta el día de hoy por vencer a un Real Madrid lleno de titulares y figuras de la selección española. Sin embargo, ese partido del 22 de agosto de 1993 es recordado mucho más por ser una de las grandes tragedias del fútbol chileno.

68 mil personas dicen las crónicas oficiales. 75 mil recuerdan unos. Hasta 80 mil aseguran otros. Escaleras llenas y vías de ingreso al límite hasta varios minutos de iniciado el partido. Rejas de acceso rotas y muchas personas sin ticket en el interior. Era la respuesta casi irracional al enfrentamiento entre el poderoso Real Madrid, con Iván Zamorano a la cabeza, y el multiganador Colo Colo de Mirko Jozic. Además, la revancha del 6-1 propinado por los merengues a varios de esos jugadores albos en la Copa Santiago Bernabéu de 1991.

Real Madrid había guardado algunos jugadores en el duelo de dos días antes frente a Universidad de Chile, empate 2-2. De esa gira incluso se habían caído amistosos ante la UC y la Selección Chilena, que en ese tiempo no prendía tras el fracaso en la Copa América de Ecuador. La idea era llevar mucha gente a los estadios. La U, el viernes 20 de agosto por la noche, había registrado 65 mil personas al Nacional. Y eso que el plato fuerte iba a ser Colo Colo. El Doctor Orozco los desafiaba a llevar más gente.

En el Monumental el Real Madrid de Benito Floro formó con Paco Buyo; Paco Llorente, Manolo Sanchis, Ramis y Mikel Lasa; Milla, Hierro; Michel, Martín Vásquez; Zamorano y Peter Dubovsky. Luego ingresarían Nando, Luis Enrique, Prosinecki y Alfonso. Los albos, por su parte, se lo tomaron muy en serio en medio de su campaña por recuperar la corona que tenía Cobreloa. Salieron con Morón; Baena; Reyes, Salvatierra, Ramírez; Mendoza, Vilches Pizarro; Vega; Rubio y Castillo. También harían sus cuatro cambios. Entrarían Biehl, Herrera, Vergara y Juan Umaña, quien ha sido materia del otro relato de Pelotudos por su inesperada participación en ese partido. Cumplió el sueño del pibe.

El partido comenzó a las 4 de la tarde, pero la gente seguía llegando. Donde podían se ubicaban los hinchas albos con el partido ya iniciado. El sector sur oriente de estadio fue el más sobreexigido. Eso hasta que a los 14 minutos del primer tiempo se sintió el estadio crujir y cedió la marquesina del lugar, donde muchos fanáticos se habían instalado  para ver desde ahí los 90 minutos. Gritos de desesperación, sangre, correderas, presencia de Carabineros, equipos de rescate y ambulancias se tomaron el partido que increíblemente se siguió jugando. A los 23 minutos, 9 minutos después del accidente, Jaime Pizarro pondría el 1-0 mediante tiro penal.

Hasta ahí era muy difícil dimensionar la gravedad del accidente. A medida que pasaban los minutos, y las horas, la cifra de perjudicados sumaba y seguía. Luego se supo que Carlos Provoste Castro, de 23 años, perdería la vida luego de tener muerte cerebral. En tanto, Alicia Sepúlveda Vásquez, de 34 años, quedó con daño neurológico severo tras pasar ocho meses en coma. Además, otras 77 personas resultaron heridas por culpa de la evidente sobreventa de entradas que en Colo Colo negaron hasta el final. Pudieron ser muchos más. Había espectadores en los techos  de Cordillera, Galvarino y Magallanes.

La Justicia absolvió a Colo Colo y la organización de cualquier responsabilidad en el accidente. A muchos de los daminifcados la dirigencia alba decidió ayudar con casas prefabricadas y hasta autos usados, aunque uno de ellos luego acusaría que otra vez estuvo a punto de perder la vida debido al mal estado de los frenos. 

En la cancha, el partido siguió bajo la conducción de Carlos Robles Mella. A los 66’ Hugo Rubio pondría el 2-0 ante Paco Buyo. El día lunes en los diarios, y el martes en las revistas, las portadas se las llevó el fútbol, pero a medida que pasaron los días se supieron más y más historias de víctimas de la mala organización de ese partido. Muchos salvaron de milagro, y otros tantos tienen graves secuelas hasta el día de hoy. El 2-0 pasó a segundo plano. Ese partido, hace 27 años, se tiñó con la muerte de un fanático de Colo Colo.