2020: El torneo de los afectos

Mientras Daud Gazale y Gabriel Vargas vuelven a Concepción para intentar llevar al club de sus amores a Primera B, en la Primera A se da una serie de casos de jugadores que decidieron en qué equipo estar el 2020 siguiendo su corazonada, sus sentimientos, sus afectos.

El ciclo de César Fuentes en la UC estaba cerrado en diciembre de 2018, antes del partido final con Temuco en el Sur. Ahí, el titular Ignacio Saavedra fue lesionado por Mathias Riquero, lo que le abrió una nueva chance al exSub 20 en la UC, quien ya coqueteaba con Mario Salas, flamante DT de Colo Colo. En la UC 2019 partía atrás de Jaime Carreño, pero el DT Gustavo Quinteros necesitaba equilibrio. Ahí Fuentes comenzó a jugar hasta que se recuperara Saavedra, y fue el mejor de la UC en la Libertadores. Ya con Nachito a disposición, rápidamente Fuentes comenzó a ver partidos desde la banca. Eso, hasta una nueva lesión de Saavedra. Cuando otra vez comenzó a jugar, y en buen nivel, le trajeron al Gato Silva. Otra vez a la banca. Eso, hasta una nueva lesión del Gato Silva. Ya para fin de año, terminó jugando en buen nivel, pero casi por descarte. Mario Salas sabía que con un poquito de esfuerzo se lo llevaba a Colo Colo. Por el cariño que ambos se tenían. Lo había tenido en la Sub 20 y en la UC. «Estoy encantado de venir a un equipo tan grande”, llegó diciendo el exO’Higgins.

De Mati Fernández ni hablar. Pareciera que el 14 recuperó la sonrisa apenas pisó territorio albo. Si hasta habló en su presentación y muchos recién a los 33 años le conocieron la voz. No son pocos los que esperan que, gracias al afecto, recupere su mejor nivel e incluso pueda darle una mano a la selección.

En la U hay dos casos diferentes, pero similares. Walter Montillo vuelve por amor al club, por el cariño que la institución, súmese hinchas, le dieron a él y a su hijo Santino. Hasta se saltó su palabra empeñada en Tigre de jugar la Libertadores 2020 para llegar a un equipo que tendrá que comenzar bien atrás en la lucha por el descenso. Su compatriota Joaquín Larrivey también apeló a los afectos, pero a los de su esposa chilena que necesitaba estos dos años en su país natal. Donde manda calzón…

En la UC es Zampedri, el “eterno” buscado de Holan, el que llega por afectos. El DT se lo trae en uno de sus peores momentos físicos, pero ambos empeñaron su palabra y credibilidad en que el exRosario Central revivirá en la UC a base de confianza del DT. En eso también hay cariño.

Ni hablar de Edson Puch, quien le agarró un cariñito especial a la Franja y luchó por quedarse dentro de una danza de equipos y dólares. Finalmente se le respetó el deseo al jugador.

Y a Palestino llega Nicolás Solabarrieta para estar cerca del país y de sus padres luego de una carrera hecha íntegramente en el extranjero. Se suma a Luis Jiménez y Benegas, otros dos que tenían para regodearse, pero donde la tetracolor pudo más. “En la U sentía que no me querían”, dijo Benegas. 

Y el Chanchito Ramos a Iquique, lo mismo que Caroca y Michael Jordan Contreras. Y Pato Rubio a Viña del Mar, y Arancibia a O’Higgins, y Ubilla a Wanderers.Y la promesa Ariel Uribe vuelve desde Mexico para saber lo que es jugar en Chile (Antofagasta), y el mismo Johnny Herrera le dio prioridad a Everton por los lazos dejados por allá por el 2008. Lo mismo que Fernando Manríquez, quien también debió irse de su primer gran amor, Universidad de Concepción, pero se quedó en el segundo en su ranking de afectos, Everton.

Con poca plata, con creatividad, y muchos apelando al cariño por el club. Así se ha armado el Torneo 2020. A esperar que el amor a la camiseta se traduzca en rendimiento.