Mayo de 2010, seis de la mañana. Una inesperada visita despierta en la Clínica al Seba, internado por un segundo episodio de tromboembolia pulmonar en un año. El Seba era Sebastián Barrientos, delantero de Universidad Católica. La visita era Marcelo Bielsa, DT de la Selección Chilena que se preparaba para Sudáfrica 2010. Era un secreto a voces que Barrientos, de 21 años, ya no podría seguir jugando fútbol profesional, y ahí estaba el Loco para poner paños fríos.
El Seba, en época de Toselli, Hans Martínez y Gary Medel, era la última gran aparición de la cantera de Universidad Católica. Había debutado en 2007 de la mano de Fernando Carvallo por ausencia de delanteros, y rápidamente rindió. En su debut internacional, ante Inter de Porto Alegre por la Copa Sudamericana 2008, anotó un golazo tras lucida pared con Julio Gutiérrez, su compañero de ataque. Entre 2008 y 2009 alternó titularidad y suplencia, anotando dobletes en más de una ocasión. Uno de ellos ante Universidad de Concepción en octubre de 2008, en el último partido en que tres jugadores Sub21 habían convertido en el mismo encuentro, junto a Medel y Martínez. Ese hito se rompió ante Huachipato, en 2021, con los tantos de Valencia, Montes y Núñez. El Seba Barrientos los disfrutó como goles propios. Tiene mucho que ver en el éxito de la cantera.
Tiene que ver porque la visita de Bielsa fue para decirle que el mundo no se acababa, que habían muchas más opciones. Le habló de su propia historia. Que estaba la opción de dedicarse desde joven a la dirección técnica. La conversación duró largo rato. Barrientos era sparring de la Selección Chilena. Fue seleccionado Sub 20 en un Sudamericano y estuvo en varias nóminas de Basay. Tuvo problemas con él, el Hueso lo sacó del seleccionado, pero en la UC lo apoyaron. Lo apoyaron ahí, en 2009, y en la noticia del retiro en 2010. “Tú estudia lo que quieras, acá en la Católica tienes contrato seguro”, le dijeron. Cuando se oficializó su retiro en octubre 2010 lo pusieron de ayudante de Mario Lepe en la Sub 19 y al poco tiempo pasó a estar a cargo de la Sub 14, siendo el DT más joven titulado de INAF. En esa categoría estuvo largos años, ahí conoció, y guió, a varios de los jóvenes del plantel actual.
Barrientos, hijo de Leonel, campeón con Católica en 1984, tuvo dos episodios con el mal que lo alejó del fútbol. El primero fue en la intertemporada de 2009, con Marco Antonio Figueroa en la banca. Tras hacer dos goles en un amistoso a Coquimbo sintió las molestias que lo alejaron once meses del fútbol. En mayo de 2010, ya con Pizzi, volvió a jugar, pero su cuerpo dijo “basta” en un entrenamiento. Llegó a la clínica con una capacidad respiratoria de menos del 30%. Allí los doctores fueron claros. No había ninguna posibilidad de que volviera a jugar, porque su vida estaba en peligro.
Las palabras de Bielsa y el apoyo de la UC se habían unido para que Barrientos no se alejara del día a día en San Carlos y se la jugó por ser DT. Hoy enseña en la Sub 12, pero por su paso en otras categorías es que conoce al dedillo a varios de los jóvenes que van por el asalto final del Torneo Nacional 2020. Se refleja en los Montes, en Salomón, Marcelino y Tapia. Eso de entrar y rendir.
Por ahora, con edad de futbolista profesional, lo disfruta desde la banca de inferiores mientras le da tiempo al tiempo. Es que hay otro secreto a voces, algún día será el DT del plantel profesional de Universidad Católica. Seguramente en esta década que comienza. Los minutos para la cantera cruzada están asegurados.