Bajo la conducción técnica de Pedro García, el equipo nacional liderado por Nelson Tapia, Clarence Acuña y Rodrigo Tello terminó inclinándose por 2-0. Fue la primera victoria de la «Vinotitno» por torneos internacionales en calidad de visitante. Vergüenza mundial.
El 4 de septiembre de 2001 es recordado como uno de los días más nefastos en la historia del fútbol chileno.
La noche de ese día, la Roja de Pedro García intentaba salir del penúltimo lugar de la tabla de posiciones de las espantosas Eliminatorias rumbo a Corea-Japón 2002. El rival de turno era Venezuela, que nunca había sacado un punto en suelo nacional. Eso hasta esa fatídica noche.
El combinado nacional, que venía con la confianza por las nubes luego de derrotar a Francia -campeón del mundo por ese entonces- en la despedida de Iván Zamorano de la Roja, dio un jugo de proporciones.
La Selección Chilena jugó uno de los peores partidos de su historia y terminó inclinándose por 2-0 gracias a los goles de Ricardo Páez (56′) y un tal Juan Arango (62′). Ese sería el primer triunfo de la «Vinotinto» por torneos internacionales fuera de su casa.
El equipo nacional se fue de la cancha del Nacional bajo el repudio y las pifias generalizadas del público presente. Si para algo bueno sirvió, en todo caso, fue para que Pedro García, por lejos el peor DT de la historia de la Roja, al fin diera un paso al costado.
La formación con la que Chile saltó esa noche al pasto del Nacional fue: Nelson Tapia; Francisco Rojas, Jorge Vargas, Luis Fuentes, Mauricio Aros; Clarence Acuña, Pablo Galdames; Claudio Núñez, Rodrigo Tello; Cristián Montecinos y Reinaldo Navia.