José Daniel Morón: El único Loro Rojo

En la actualidad, tres de los cinco arqueros que Reinaldo Rueda tiene en mente para la selección chilena no son nacidos en Chile. Los argentinos Gabriel Arias y Fernando De Paul, más el londinense Lawrence Vigouroux, le pelean el puesto a los “nacionales” Claudio Bravo y Brayan Cortés. Lo que hoy es común, hace 25 años, sí, 25 años, era una gran excepción.

Cuenta la leyenda que en 1993 el argentino José Daniel Morón comenzó sus trámites de nacionalización por hacerle un favor y agradecerle a los dirigentes de Colo Colo por todos los años en el club, equipo al que había llegado en 1988 para ser multicampeón.

El de 1994, su último año en los albos, no haba sido de los mejores. Había tenido que aguantar los goles de un juvenil Marcelo Salas, y luego perdería el puesto ante Marcelo Ramírez, quien fue figura en la consecución en la Copa Chile. Tampoco había tenido una buena Copa Libertadores y había cerrado el año de mala forma. Lo bueno es que ya no ocuparía cupo de extranjero para 1995, por lo que su continuidad estaba casi asegurada después del “cariñito” al club de sus amores. 

Con lo que Morón no contaba era que  Eduardo Menichetti perdería las elecciones a fines de 1994 a manos de Peter Dragicevic, y una serie de jugadores con vínculo con el mandamás campeón de America 1991, y que había llegado en 1987 para presidir la inmobiliaria a cargo del estadio Monumental, tendrían que dejar el club.

Daniel Morón, Juan Castillo, y los refuerzos de 1994, Ricardo González, Marcelo Fracchia y Rubén Vallejos entrarían en conflicto con el club y estarían inactivos parte del primer semestre de 1995. Antes que ellos, ya habían partido Aníbal González, Toninho, Luis Ceballos y Hugo González, los otros llegados en 1994, de los que solo se salvaría Francisco Rojas. También «debió» retirarse Patricio Yáñez y Jaime Pizarro se fue al Tigres de México tras haber vuelto de su paso por Argentinos Juniors y Barcelona de Ecuador a mitad de 1994.

Finalmente los jugadores en litigio fueron dejados en libertad y Vallejos recaló en Palestino, Fracchia en Unión Española, Castillo en La Serena y Manteca González en Temuco, pese a estar firmado en Unión Española. José Daniel Morón haría las maletas y se iría al Sur para jugar por Osorno. En Colo Colo habían preferido a Luis Barbat, quien antes de terminar el campeonato ya estaba fuera del equipo junto al paraguayo Miguel Ángel Acosta. El Coca Gabriel Mendoza. aún en el club, había salido a defender a su amigo Morón. “Lo que le hicieron a Morón de pedirle que se nacionalizara y luego echarlo, no tiene nombre. Eso demuestra que hay que vérselas por uno mismo solamente. Si la oferta es buena, ficharía hasta por la U”. A fin de año Mendoza se iría a Sao Paulo, Miguel Ramírez a la Real Sociedad y al poco tiempo Margas al América de México.

Mientras tanto, en el segundo semestre del 1995, en la Décima Región, en cancha barrosa y jugando con la camiseta de Colo Colo debajo de una vistosa casaquilla flúor, Morón recuperó su nivel gracias a la campaña que sostuvo junto a Ítalo Díaz, Mario Vanemerak, Jaime Aguilar, Roque Burella y Pedro González Pierella, y entró en la órbita de la selección chilena que dirigía Xavier Azkargorta.

El Vasco había probado con Alex Varas, Marco Cornez y Marcelo Ramírez en la titularidad, además de Patricio Toledo en las nóminas, pero no se había convencido. Tras la Copa América de Uruguay de 1995 lo tendría más claro. Nelson Tapia sería su arquero titular y comenzaría la búsqueda de un suplente de nivel. Así fue como en el verano de 1996, cuando Daniel Morón hizo noticia por fichar en el Súper Everton de Jorge Castillo en la Primera B, que el DT vasco pensaría en el Loro para el arco de la Roja. Morón llegaría a la selección, pero no a Everton. Tras el fiasco del proyecto de los ruleteros fichó en un Deportes Concepción que tenía pretensiones con el Coke Contreras, Carreño, Guajardo, Aros, Chavarría, Dioni Guerra y el hondureño Wilmer Velásquez, 

Entrenando con la marca Rhumell antes del debut de la camiseta Reebok, el ahora arquero chileno fue llamado para los partidos del 4 de febrero ante Bolivia en Cochabamba (zapatazo de Margas), para el 7 de febrero ante México en Viña del Mar (cabezazo de Jaime Ramírez), y para 14 de febrero ante Perú en Coquimbo (doblete de Goldberg). Morón sería el único jugador chileno en no ver acción de los que estuvieron en esa pretemporada de la Roja. La idea de Azkargorta era darle toda la confianza necesaria a Nelson Tapia para que se sintiera dueño del puesto. 

Esos tres partidos de febrero de 1996 serían los únicos en los que Daniel Morón estaría cerca de ver acción en la Roja. Ya para los siguientes duelos el vasco optaría por el loíno Enrique Berríos para ser el suplente de Tapia, quien incluso sería el meta suplente ante Venezuela en Barinas. Morón luego tendría pasos por Audax el 1997 y Palestino en 1998, equipo en el que finalmente se retiraría. En 2001 sería su semicontemporáneo Sergio Vargas quien sí llegaría a la titularidad y capitanía de la Roja siendo argentino de nacimiento. Morón lo disfrutó como un chileno más. Sigue viviendo en el país a 32 años de su llegada, pese a que el mito es que se nacionalizó solo por agradecimiento a Colo Colo.