Guillermo Maripán, el tocado

Ronald Fuentes era una de las figuras de ese Italia – Chile de Francia 1998. Con su 1,75 metros de estatura lideraba la zaga de los gigantes Pedro Reyes y Javier Margas ante el Toro Vieri, Roberto Baggio, Roberto Di Matteo y todos los que apoyaban en la ofensiva.

Pero su buena presentación en Burdeos no bastó. Una pelota perdida por el Murci Rojas, y un centro a un metro de él lanzado por el Codino Baggio, hizo que todos los flashes estuvieron en la mano de Ronald. Una mano que hoy sería penal clarísimo, pero que en 1998 no debía cobrarse por la intencionalidad y la escasa trayectoria del balón. El árbitro de Niger, un país que hasta ahí no conocíamos, lo cobró como penal y dejó encasillado para siempre a Ronald Fuentes.

Injusto. Injusto porque hasta el día de hoy a Ronald Fuentes se le encasilla como un jugador “condoriento”, apodado “Chilenita” por Eduardo Bonvallet en 1996 por una jugada que salió mal en la Copa Libertadores ante el Corinthians en Brasil. Un gol más de los brasucas, nada grave. Los millennials del 2021 asocian a Ronald Fuentes como un mal defensor. Lo ven gordo en las bancas de Unión y Wanderers. Lo cierto es que fue uno de los mejores exponentes del puesto de líbero en la historia del fútbol chileno.

En épocas de vacas flacas post Francia 98 a todos les tocó ser criticados. Algunos no entendían por qué a Jorge Vargas le decían Potencia, o encasillaban a Pablo Contreras por un par de penales deslizándose sin mucho raciocinio, uno de ellos ante Camerún en los JJOO en Sidney 2000. Lo cierto es que ambos fueron extraordinarios zagueros en el exterior, pero estuvieron en una mala época de la selección chilena, esa de Corea-Japón 2002 y Alemania 2006.

Ya con Marcelo Bielsa fue Marco Estrada el apuntado por la hinchada. Nació como lateral izquierdo, pasó a volante, pero con el Loco fue stopper izquierdo. Podía jugar su mejor partido, pero Estrada siempre tenía alguna, a veces por su exceso de confianza al dominar puestos más adelantados en la cancha. “¡¿Qué carajo te crees?!” le dijo Bielsa antes de partir a Sudáfrica 2010. En el Mundial hizo un penal y se fue expulsado ante España. Las repeticiones demostraron que perfectamente se podrían haber omitido ambas decisiones. A Estrada, como a Ronald Fuentes, le tenía que tocar.

Tras años donde Gonzalo Jara, ganando incluso dos Copa América, fue el criticado, hoy es Guillermo Maripán el que se lleva el insulto fácil, o quizá merecido. El Memo se gana todos los premiados. En Venezuela, en Argentina, en San Carlos jugando por la Roja. Aún así es el mejor defensor de la Liga Francesa.

¿Qué hacer con Maripán? Si los mismos que lo critican, después de ver su partido anulando a Neymar o Mbappé lo quieren casi de capitán en la Selección Chilena. Son los mismos que lo piden después de sus goles consecutivos en los córners del Mónaco. Somos así. Todos. Los analistas, el público, comentaristas y el DT. El DT que no lo quiso sacar hoy después de su penal, y que prefirió sacrificar a Suerralta, quien se fue sin chistar.

¿Está bien? ¿Está bien defenderlo así tras dos penales que nos costaron cuatro puntos? Le llaman códigos en el fútbol. Cambiar el esquema a tres zagueros en vez de acompañar a Medel con Sierralta , quien va en alza en Inglaterra y que hoy no se equivocó nunca. Se supone que Lasarte la tendrá más clara para las próximas fechas. Es que a veces se empieza jugando con probabilidades más altas de perder. En este proceso le está tocando a Maripán.

¿Que se hace? ¿Desafiar la mala suerte o esquivarla? Es que Maripán está siendo el Ronald Fuentes de Francia 98 y el Estrada de Sudáfrica 2010. Aunque tengan razón. Aunque sean errores arbitrales. Simplemente son “los tocados”.