El de 1997 había sido un año tranquilo para Temuco. El último de un equipo que en 1998 viviría a los tumbos y el 99 tendría que “fondearse” por un tiempo. El Torneo de Apertura 1997 había sido derechamente bueno. Lograron la cuarta posición, Jorge Gómez y Juan Castillo fueron a la Copa América, y Leonel Herrera terminó yendo al Saint Gallen de Suiza. Hugo Bravo y Marcelo Fracchia la dejaban chiquitita en el medio. Pato Toledo era el arquero.
En el segundo semestre decayeron, pero la buena cuenta de ahorro los dejó en el noveno lugar de la tabla acumulada. Querían que 1998 fuera su año y para eso contrataron a Reinaldo Mostaza Merlo, excéntrico DT argentino que había dirigido a River Plate en 1989 y había llegado tras Italia 90 a la selección argentina para ser ayudante de Alfio Basile y primer DT de la Selección Sub 20 hasta 1994. Como jugador, uno de los ídolos de River Plate jugando como volante de contención toda su carrera entre 1969 y 1984.
Merlo llegó en 1998 a revolucionar Temuco. Trajo a Nelson Cossio desde Audax, quien fue el titular de la Roja en la Copa América 1997, había retornado Miguel Latín desde Colo Colo, el central argentino Fernando Verón desde Estudiantes de La Plata, Danilo Chacón, Hugo Neira, Jorge Torres, el argentino/paraguayo Omar Gómez, Walter Otta tras haber sido figuraza en Puerto Montt el 97, Ricardo Viveros desde Huachipato, Malcolm Moyano y el uruguayo Diego Aguirre, recordado goleador que le había dado una Copa Libertadores a Peñarol ante América de Cali en Santiago.
El DT Mostaza Merlo, acompañado de su eterno ayudante Polaco Dolte, se las ingenió para hacer una buena Copa Chile siendo primeros de su grupo con 11 puntos y cayendo en semifinales ante Audax Italiano. Esas semanas fueron lo mejorcito, y quizá lo único que se le recuerda a Merlo dirigiendo en tierras nacionales. Tras la Copa Chile fueron Jorge Torres, Luis Casanova y Fernando Verón los primeros visionarios y se fueron del club antes de comenzar el Campeonato Nacional. El defensor argentino volvió a su país, Casanova fichó en el Palestino de Pellegrini, que lo había tenido en O’Higgins, mientras que Jorge Torres fue clave en una gran campaña de Concepción durante ese año 1998. Con la salida de los dos centrales fue que se afianzó el joven Rodrigo Barra, posteriormente campeón con Wanderers el 2001 y seleccionado nacional en la Copa América de ese año.
Ya para la cuarta fecha, tras perder dos partidos de local (1-3 con Rangers y 0-1 con la U) y empatar 1-1 en Valparaíso, el equipo se presentó con juveniles ante Palestino en La Cisterna. A menos de un mes del inicio del torneo el equipo ya alegaba falta de pago. Cayeron 9-0 ante los tetracolores con show de Corrales, Pablo Caballero, Cachorro Abaurre y Miguel Ángel Castillo.
Mostaza Merlo se fue del club y pronto lo siguieron gran parte de los refuerzos. Walter Otta abandonó al equipo pidiendo solo la mitad de lo que le debían, con la promesa de que se retiraría. A los pocos días apareció fichando en Inglaterra y cobrando poco, pero seguro en Temuco., Diego Aguirre prefirió ir a retirarse a Uruguay, Fracchia se fue a jugar con Everton a la B, Omar Gómez hizo las maletas y Ricardo Viveros fichó en Argentinos Juniors junto a Roberto Cartes de Huachipato.
Ese Temuco comenzó a ser dirigido por Gastón Guevara y sin hacer caso a las deudas siguió contratando. Intentaron con el argentino Javier Alonso al cierre del libro de pases, pero al dirigente encargado se le quedaron los papeles en el Sur y no lograron inscribirlo en Santiago. Desde Colo Colo llegó Pablo Huracán y el lateral Francisco Pancho Fernández, pero para jugar como delantero, y lo terminó haciendo hasta de aquero. Arribó Leonardo Ramírez desde Puerto Montt, el argentino Sebastián López y dos muy llamativos: el peruano Alex Magallanes, quien luego jugaría en Cobreloa, y el Pelado Óscar Dertycia, famoso delantero argentino ex Tenerife, conocido en Chile por amargarle varias noches, y años, al Real Madrid e Iván Zamorano.
Las cosas sin Merlo no mejorarían, más bien empeorarían. Les robarían los zapatos de fútbol en un viaje a Santiago para enfrentar a Colo Colo. Marcelo Fracchia y Mauricio Soto, además de otros perjudicados, demandarían al club, por lo que constantemente les embargarían la recaudación. Un viaje a Osorno debió ser en micro, con el peaje y una comida de pan y bebida pagado por los propios jugadores. A Temuco hasta le harían un gol por afuera del arco en un duelo ante Concepción y en la antepenúltima fecha no se presentarían, otra vez ante los penquistas. Le descontarían quince puntos, quedándose con 13 en la tabla final en vez de los 28 que realmente sacó, mientras que Wanderers, el otro descendido, obtuvo 30. Igual no les alcanzaba.
Lo curioso es que tras la no presentación, Temuco ganaría sus dos partidos. Primero 3-2 ante Iquique en el Norte con goles de Danilo Chacón, Alex Magallanes y Óscar Dertycia, y finalizó con un 4-1 sobre Puerto Montt en el Germán Becker, con dos goles del peruano Magallanes, otro de Danilo Chacón y uno de Rodrigo Henríquez. Más curioso que ese repunte final fue la entrevista que tiempo después daría Mostaza Merlo en Argentina. “En Chile nos fue muy bien. Fuimos campeones de la Copa Chile y luego me fui por algunos problemas económicos”. No se debe haber enterado que menos de un año después de su partida el club fue marginado por la ANFP y debió declararse “en receso”.
Ese 1998 fue el fin de esa desordenada etapa económica de Temuco, pero el comienzo de los mejores años de carrera de Merlo como DT, quien el 2001 llevó a Racing Club al título con el mítico Paso a Paso, y entre 2004 y 2005 le dio su sello al Estudiantes de La Plata del Kalule Meléndez con su 4-4-2, campaña con la que volvería a River Plate en 2005 para dirigir al Huaso Álvarez. Otro nexo con Chile, que ya había comenzado en 1998, cuando el hombre que hoy cumple 70 años, más su ayudante Polaco Dolte, hicieron ricos a los que vendían shampoo en Temuco.