La corrección hizo efecto. Durante mucho tiempo se repitió, sobre todo en transmisiones televisivas con mucha rating, que el debut de Claudio Bravo en la selección chilena había sido el 2005 ante Colombia en Barranquilla. Eso iba sumado al mérito que había tenido Nelson Acosta para darle la responsabilidad en una Clasificatoria. Sí, el mérito lo tuvo Don Nelson, pero el debut del arquero en la Roja había sido más de un año antes, en una Copa América, y también en un partido oficial clave.
Juvenal Olmos había asumido la Selección en enero de 2003 y su idea era oxigenar de nombres nuevos la selección. Para el arco, en sus primeras nóminas, aparecieron Johnny Herrera, Alex Varas y Nicolás Peric, siendo este último el titular en los dos primeros amistosos, ante Perú en Santiago y en Lima. En el tercer duelo, ante Costa Rica en Chile, sería el turno de Alex Varas. Ya en el cuarto y quinto, una gira por Centroamérica ante los mismos ticos y Honduras, fue que el experimentado Nelson Tapia agarraría el arco y no lo soltaría más en todas las Clasificatorias. Eso hasta la penúltima fecha, cuando Nelson Acosta tomó una de las decisiones que cambió el destino del capitán de la selección bicampeona de América.
Mientras Tapia estuvo en el arco en Clasificatorias, Varas repetiría titularidad en un amistoso ante Perú en Antofagasta, mientras que Olmos recurría a Carlos Ortega, en ese entonces en la U. de Concepción, para que fuera el tercer arquero. Hasta ahí Bravo, que había agarrado titularidad en Colo Colo desde el Clausura 2003, no aparecía.
La nominación del meta albo, que fue titular por sobre Herrera en el Preolímpico 2004 dirigido por Olmos, llegaría recién para la última fecha doble antes de la Copa América 2004, ante Venezuela en San Cristóbal y Brasil en Santiago. Bravo sería el tercer arquero tras Tapia y Varas.
Los buenos resultados (1-0 en Venezuela y 1-1 ante Brasil) le dieron margen de acción a Juvenal Olmos. Así, optó por dejar afuera de la Copa América de Perú a varios referentes del equipo, entre ellos Tapia, Maldonado, Pizarro, Jorge Acuña, Martel, Navia y Pinilla, quien además se había desgarrado poco antes jugando un amistoso farandulero organizado por Zamorano con la gente de CQC. Al arquero no solo no lo nominó, sino que también decidió ir al torneo con solo dos porteros: Varas y Bravo.
Ahí, en Copa América 2004, Chile debutó perdiendo 1-0 con Brasil, con penal desperdiciado de Chamagol González. El arquero de ese partido sería Varas, pero para el próximo, ante Paraguay, jugaría Claudio Bravo. Era un duelo clave ante el rival a vencer, en el papel. El otro del grupo era Costa Rica.
Como en otros debuts, el prartido de Bravo no tuvo un resultado feliz. Fue 1-1 con un golazo de distancia de Ernesto Cristaldo que venció a un adelantado meta chileno. En el duelo definitorio, ante Costa Rica, Varas volvería a la titularidad, pero Chile perdería 2-1 y se iría eliminado de la Copa.
Ya en 2005, sin Olmos y con Nelson Acosta en la banca, Tapia, Herrera y Bravo serían los tres arqueros de la Roja. Para todos, en ese orden. Tras una derrota 5-0 ante Brasil, donde Tapia se vio más “pesado” de lo habitual, Acosta se decidió por el golpe de timón para las últimas dos fechas Clasificatorias, donde si Chile ganaba los dos partidos clasificaba. Si empataba uno y ganaba otro, aún podría tener chances con la calculadora.
Antes del primer partido de la fecha doble, ante Colombia en Barranquilla, se habló mucho de quién seria el arquero. Estaba claro que Nelson Tapia, que igual estaba nominado, no sería el titular, pero faltaba dilucidar quién lo reemplazaría. Herrera tenía un 70/30.
Se dijo que Acosta se inclinó por Bravo porque Herrera había declarado que “se merecía ser titular”, sin embargo en conferencia de prensa el meta azul fue más cauto que Bravo y ni siquiera daba por hecho que el Simpson no taparía. “Por respeto a su trayectoria no se debería estar hablando tanto de esto”, dijo Johnny. Por otro lado, Bravo se enojaba por las preguntas de si estaba preparado y pedía cancha en la conferencia. “Desde que estoy en la selección que puedo reemplazar a alguien, no estoy sólo para entrenar e ir a la banca, estoy para jugar”, decía.
Finalmente Acosta se inclinó por Bravo, pero años más tarde explicaría que la decisión fue mucho más simple. “Contra Brasil sufrimos mucho por arriba y mis defensas (Alvarez, R. Rojas, L. Fuentes y Pérez) eran bajos. Bravo corta mejor los centros y me decidí por él”. Dicho y hecho. Bravo se cansó de cortar centros en Barranquilla, pero poco sirvió para pasar del empate 1-1. Desde su arco vio la farra de la selección chilena que no pudo y no quiso poner un pie en Alemania 2006. Era el inicio del documental Ojos Rojos, era el inicio del ciclo Bravo en la Roja.
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