El líbero Sergio Marchant (QEPD)

Diez clásico. Exquisita técnica. Zurdo de buena pegada, “de pie educado” dirían hoy los comentaristas del CDF. Elegante, Olímpico chileno de los Juegos de Los Ángeles de 1984. Apodado “El Gitano de Oro”, el “Bambino de Oro”, incluso. No se andaba con chicas. Ídolo en Antofagasta, al que llegó recién en 1989 tras nueve años de profesionalismo. Primero en San Felipe entre 1980 y 1985, luego en Naval el 86, y en Fernández Vial entre 1987 y 1988.

Experto lanzador de tiros libres. Cuando iba a lanzar un tiro de esquina le gritaban «olímpico, olímpico». Hasta goles de mitad de cancha hacía. Mandó a Unión Española a segunda división en 1997 con dos goles en el Norte defendiendo a Antofagasta. Salvó del descenso a Wanderers, el equipo de su ciudad. Eso sí, no fue el malo de la película de los hispanos. Lo de la Unión ya estaba casi consumado por culpa de un gol del Coto Sierra por Colo Colo y otro de Marcelo Vega por Wanderers, dos de sus ídolos noventeros.

El 92 jugó en Temuco, el 93 en Wanderers y el 94 en Rangers, en uno de los equipos con peor rendimiento de la historia. Dos victorias en 30 partidos. Negro récord, inalcanzable hasta hoy. En Talca, compañero de los brasileños Dema y Nathelson, aún recordados en el Piduco por lo irrecordables que fueron. Pupilo de tres DTs en un año y socio de Mariano Puyol en la creación. Bueno, socio hasta por ahí no más, porque en algunos partidos debió oficiarlas de líbero en un año donde Camilo Pino hizo lo propio en Cobreloa y Juan José Lombardi en Osorno. Era 1994 y el otrora volante Lothar Matthaus era el líbero del Bayern Munich y luego de Alemania, la idea que tenía Eduardo Bonvallet con Milovan Mirosevic para la Selección. 

El talentoso Sergio Marchant trataba de salir jugando desde atrás, pero Rangers no pudo hacerlo desde el fondo de la tabla. Ni Hugo Solís, ni Patricio Gutiérrez, ni Antonio Vargas pudieron salvar a los talquinos de bajar otra vez a la B. Marchant hizo todo lo que pudo, ayudando en la creación, pero también como defensor. Ese descenso no opacó su carrera, lo engrandeció como un jugador aún más completo.

Tras Rangers, el 95 fue a San Felipe, pero solo por medio año, porque Antofagasta y la Primera División lo necesitaban. En los Pumas comenzó a amargar a los grandes, sobre todo jugando en el Norte. Su última función en Primera fue justamente ese partido ante los hispanos a fines de 1997, un funeral rojo en Antofagasta. Bajaron ambos. El 98 Marchant siguió en Antofagasta, ahora en la B, división desde donde los había sacado siendo figura en 1990, año en el que fue el rey de los penales largos.

Sergio Armando Marchant Muñoz se fue este 15 de mayo de 2020 después de una baja en las plaquetas de sangre, desmintiendo entre medio los rumores que hablaban de Covid. Oriundo de Valparaíso, “Choro del Puerto» se autodenominaba, tenía solo 58 años. En 2014 no pudo ser Seremi de Deportes por no cumplir con los requisitos académicos. No tenía título profesional, pero era el mayor ídolo de la historia de Antofagasta. Un logro que muchos profesionales quisieran tener. Profesión: ídolo.