«Los hombres lo saben: cuando rebotan en la disco con la «mina» que quieren y vuelven a la opción que lo está mirando hace rato, pero que no los convence. Eso es lo que piensa Berizzo hoy»
A Juvenal Olmos el hincha nacional lo odia. Fue la principal víctima de Eduardo Bonvallet cuando éste estaba en su apogeo en la Radio W, se mostró orgulloso, prepotente y lejano a la gente en su etapa como seleccionador nacional, participó en un programa de baile y lo acusan de candidatearse siempre que una banca nacional queda desocupada.
En este punto hay que detenerse. Si Juvenal Olmos suena en Católica o en cualquier equipo nacional, en el 90% de las veces es por el interés de la prensa de colocarlo nuevamente en escena. Muchas veces ni le responde a los periodistas. Jamás él ha llamado a un medio, sin embargo le sirve al fútbol. Olmos, por muy pesado que sea, sabe a lo que quiere jugar cuando tiene tiempo para armar un equipo. Así fracasó en Everton y Newell’s Old Boys, pero así le fue muy bien en Unión Española, y sobre todo en la UC.
Es raro, de ahí su apodo de Perro Verde. En plena dictadura se abanderó con Augusto Pinochet junto a Eduardo Bonvallet en la UC. Llegaban vestidos con ropas caras, de blanco, colores pasteles, al más puro estilo de los protagonistas cuicos de Secretos en el Jardín. Por otro lado estaba Carlos Soto, actual presidente del Sifup, con una mirada más de izquierda. social. Convenció a varios con sus ideales, incluso a un jovencísimo, muy rubio y de clase alta, Raimundo Tupper, el mismo que murió idolatrando a Silvio Rodríguez.
Pero nos alejamos del fondo. Olmos puede ser un tipo muy odiable, incluso por quien escribe, pero es justo lo que necesita la UC. Es, junto a Sulantay, uno de los primeros Bielsistas del fútbol chileno. Quiere tanto a Católica que el 2001 dejó botado un gran proyecto en Unión Española (ya los había ascendido de la B el 2000 y eran protagonistas de la A el 2001) para recalar en una UC que no podía salir a flote. Sólo seis meses antes se había retirado Mario Lepe y Nelson Parraguez había partido al Necaxa. Era un equipo añejo, eso que tenía varios jugadores jóvenes. Los cruzados aún corrían a la par del ritmo de un veteranísimo Gorosito. ¿Qué hizo Olmos? Retiró a Gorosito, su ex compañero el 94 y 95 (con todo lo que eso significaba), se la jugó por hombres desconocidos, pero cumplidores (Daniel Pérez, Jorge Acuña, Johnny Walker, Mauricio Segovia, entre otros) y le sacó trote a Pablo Lenci (llegó tras un doping en Iquique y varios meses de inactividad), a Arturo Norambuena, a Álvarez, a Miguel Ramírez (que parecía que venía de vuelta) y con ese equipo casi alcanza a Wanderers, finalmente el campeón. El momento cruzado de ese 2001 era muy parecido al actual.
Ya en el 2002, y con la confianza de los hinchas (pese a haber prescindido de Gorosito), armó un equipo a su medida. Tenía claro que quería jugar con tres delanteros. Mantuvo a Daniel Pérez, Arturo Norambuena, Iván Gabrich y Jaime González, y sumó a Carlos Verdugo, Rodrigo Barrera y Jorge Campos. En el medio volvió cracks a Ormázabal, Acuña y Mirosevic. Le sumó a Fernando Solís y Eduardo Arancibia, mantuvo a Miguel Ponce y Segovia, y armó un equipo aún más sólido que el del año anterior. Con eso fue campeón, peleó en la Copa Libertadores quedando eliminados con Sao Caetano en Brasil y posicionó, otra vez, tras Jozic, el sistema de tres delanteros en el fútbol chileno. La gente lo quiso y hasta hoy le lleva lienzos a San Carlos para que vuelva.
Conoce la casa como pocos. Tiene relación con Astudillo y Ormazábal, que de seguro seguirán organizando las series menores. Tiene jugadores para volver a implementar su esquema: stoppers (Álvarez, Parot), líbero (Andia), carrileros (Meneses, Cordero), Costa puede ser Segovia, Ríos su Ormazabal, Bottinelli, Sepúlveda, punteros (Ramos, Muñoz), hombres de área, más los refuerzos. Pero no, mientras tanto los dirigentes esperan que un DT acepte o rechace una oferta en España para luchar el descenso con el Celta. Linda motivación, la de volver de rebote a Chile. Los hombres lo saben: cuando rebotan en la disco con la «mina» que quieren y vuelven a la opción que lo está mirando hace rato, pero que no los convence. Eso piensa Berizzo hoy.
Para qué arriesgarse con Jaime Vera, Fernando Díaz o un argentino que no conozca el medio. Acá tienen a Olmos. De derecha, raro, prepotente, pero que ya les dio resultados y los hinchas le creen. Al menos, si le va mal, en Cruzados S.A. pueden decirle a los seguidores de la UC: «Ustedes empezaron».
*Hincha cruzado indignado con el rumor de Jaime Vera