Víctor Mella, el chileno que fue a levantar la MLS de EE.UU.

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La liga de EE.UU. es porfiada para despegar. De hecho, estamos a días de un nuevo aventón, cuando el 6 de marzo comience la versión 2015 con figuras como David Villa, Kaká, Gerrard, Lampard o Giovinco.

La MLS como se le conoce actualmente comenzó en 1996. Dos años después del Mundial de EE.UU. 94 y varias décadas más tarde de haber disfrutado a Pelé, Elías Figueroa o Cruyff, el país del norte se organizó para hacer crecer su fútbol.

Para eso se fueron hasta Sudamérica y México para contratar a algunos de los cracks del momento, además de repatriar a varios locales repartidos por el mundo. Desde Colombia se llevaron a Diego Serna y Carlos Valderrama (luego jugaría Francia 1998 estando en la MLS), desde Bolivia reclutaron a Marco Etcheverry y Jaime Moreno, desde México al portero Jorge Campos y desde Chile al para algunos ya olvidado Víctor Mella.

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Mella era uno de los jugadores más talentosos formados en Colo Colo a comienzos de la década de la 90. Mayor que Neira, Tapia y Lobos, era la gran joya de juveniles y la apuesta de la dirigencia para rejuvencer el plantel que venía de ganar la Copa Libertadores de 1991.

Desde muy chico comenzó a ganar minutos, pero no fue hasta 1994 que se sintió importante en el equipo albo. Fue el regalón de Vicente Cantatore al comienzo de ese año. El DT lo quería hacer jugar a cómo diera lugar e incluso lo utilizó en varios encuentros como lateral derecho. Mella siempre le cumplió e incluso le dio la victoria a los albos en un duelo de Copa Libertadores ante Unión Española, anotando un gol con la mano al uruguayo Gerardo Rabajda. La vida le sonreía a Víctor. Eso hasta que Cantatore dejó rápidamente la banca popular y con él también se fueron las esperanzas de Víctor Mella.

A Cantatore lo reemplazó Eddio Inostroza, quien se jugaba su continuidad con un interinato. Él dirigió lo que quedaba de Copa Libertadores y avanzó a segunda fase optando siempre por los más experimentados. De Mella ni hablar. Luego llegaría Ignacio Prieto y la gran joya de las divisiones albas sólo se quedó en eso.

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Tras pasos por Fernández Vial y Everton, Víctor Mella partió en 1996 a la naciente MLS. Tuvo bienvenida de crack, a la par de Valderrama, Etcheverry, Campos, Tony Meola y Marcelo Balboa. Se calzó la 10 de San José Clash y compartió equipo con Joh Doyle, Martín Vásquez (no el español) y Ronald Cerritos. No logró destacar del todo y partió al New England Revolution. Dos años estuvo después volvió a San José y cuajó su mejor campaña en EE.UU. Pese a que habían seguido llegando jugadores de nivel, como Marcelo Vega de Chile, el fútbol comenzó a enfriarse rápidamente en el país del norte y volvió a caer en un pozo hasta fines de la primera década del 2000.

Mella, Valderrama y Campos habían sido sólo un espejismo de un par de temporadas. Eso hasta que llegó Henry, Rafa Márquez o Mirosevic. Un pequeño empujoncito para ver recién este 2015 la temporada que más promete en la historia de la MLS. Mella puede contar que en algo ayudó para que el despegue definitivo de la MLS, 20 temporadas después de su paso por EE.UU.