Martín Lasarte: De Bigotón a Bonachón

Zaguero, uruguayo, 1,82 de altura, de bigote y apodado el Machete. La patada que le dio al joven y delgado Luka Tudor en la Copa Libertadores de 1988 pagaba 0,05 en las apuestas. Fue en los octavos de final del torneo, un partido que también lo enfrentó con Raimundo Tupper (en la foto). Fue 1-1 en Chile y 0-0 en Uruguay. Su equipo, Nacional, pasó por su gol de visita en nuestro estadio Nacional, duelo que también se recuerda por un gol mal anulado a Luis Abarca en el último minuto tras una chilena de Luka Tudor que fue sancionada como jugada peligrosa.

Esa llave de 1988 es recordada por Machete y Tudor hasta hoy. Mientras el ahora comentarista lo recuerda por el patadón de Lasarte, el DT de la Roja lo tiene marcado por un choque con el delantero cruzado que lo dejó a maltraer. Tras esa llave con Católica, el Nacional de Uruguay repatriaría a Hugo De León desde Logroñés, quien le quitaría el puesto a Lasarte en el centro de la zaga acompañando a Daniel Felipe Revelez, y luego levantaría la Copa de 1988 como capitán del equipo con solo un par de llaves en el cuerpo.

Lasarte, siendo suplente de De León, ganó la Copa Libertadores, la Copa Intercontinental, la Recopa y la Supercopa. Con su bigote ochentero quedó en la historia de El Bolso. Tenía fama de rudo, diferente a lo que ha mostrado desde que es el técnico de la Roja. La cercanía y el diálogo han sido su impronta. Mientras Rueda no se mostraba ante la prensa, Lasarte abrió las puertas de Juan Pinto Durán para varias entrevistas, una de ellas a Claudio Borghi, otro que hizo lo mismo tras la Era Bielsa sin buenos resultados.

Es que, con tan poquito fútbol que ver, la política de puertas abiertas se vio como un plus, un avance. En Chile no ha sido sinónimo de garantía de triunfos. A Acosta le fue bien rumbo a Francia 98, pero pésimo camino a Corea Japón con los mismos jugadores. Le fue bien en la Copa América Paraguay 99, pero horrible en Venezuela 2007. De Borghi ni hablar post Bielsa. Pizzi también quiso flexibilizar tras Sampaoli. Ganó una Copa América, pero quedó fuera de Rusia 2018. No hay una fórmula ganadora.

La diferencia de Lasarte con Rueda tiene que estar solo en la cancha. En Chile se le conoce por sus pasos por la UC y la U. En ambos equipos demostró mucha flexibilidad desde el mediocampo hacia arriba. En Los cruzados se paró con rombo o línea de cuatro en el medio, aprovechando a los carrileros Meneses, Ríos, Cordero y Mier. También jugó con uno o dos contención, en un plantel que tenía a Tomás Costa y el Gato Silva. Usó uno, dos o ningún conductor en épocas de Mirosevic y Sixto Peralta. Arriba se las arregló con Nicolás Castillo y Pizarro primero, y Sosa después. En varias ocasiones llegó a jugar solo con uno. La línea de cuatro de Álvarez, Martínez, Andía o Maripán y Parot era casi fija.

En la U su línea de cuatro fue con Corujo, Osvaldo, Rojas y Suárez. Acá aparecieron los dos volantes de contención fijos (Espinoza-Martínez o Pereira) y un conductor (Ramón Fernández). También usó interiores o a Lorenzetti en diversas posiciones. Arriba, tres hombres (Ubilla, Canales, Rubio). Es decir, con un 9 retrasado, a lo Luis Jiménez, diferente a Nicolás Castillo. También con punteros fijos, a diferencia de Ismael Sosa que se movía por todo el ataque como segunda punta. Con la UC fue semifinalista de la Sudamericana 2012 y octavofinalusta 2013 ante Sao Paulo. Con la U fue campeón del Apertura 2014-15.

Con todas estas alternativas, el DT que hizo debutar a Luis Suárez, Antoine Griezzman, Guillermo Maripán, y le dio la oportunidad en Europa a Claudio Bravo, tiene un amplio abanico que inspeccionar, y eso explica las variantes de la nómina. Se sale de esos esquemas “Ruedanos” preconcebidos de los punteros y los internos. Pueden aparecer sí, pero dentro de un póker de posibilidades. La Roja tiene variantes y Plan B. “B” de Bigotón rudo, o de Bonachón de puertas abiertas.