El zapatazo de Nico Córdova

La definición de torneo de 1998 fue una de los más emocionantes que se recuerden. Claro, por esos años se jugaban torneos de 30 fechas y había que tener piernas para aguantar el desgaste y la presión. Lo de Colo Colo fue milagroso. Las lesiones durante el año de Wilson Contreras, Raúl Muñoz y Juan Carlos González, la complicada recuperación de Ivo Basay, más las partidas a mitad de torneo de Manuel Neira, Richard Zambrano, Fernando Vergara, Mario Salas y Emerson Pereira mermaron al equipo de Gustavo Benítez que hasta antes del receso de Francia 1998 se recitaba de memoria.

El DT paraguayo, con la U respirándole en la oreja durante toda la segunda rueda, debió echar mano al ingenio y cambió su conocido 4-4-2 por un 3-4-2-1, con laterales (Barticciotto y el Murci Rojas) que parecían punteros. Atrás se armó con Reyes de líbero y Contreras con Henríquez de stoppers; Espina y Sierra eran los armadores y Héctor Tapia el solitario delantero. En la contención el único fijo era Marco Villaseca, quien tras la partida de Emerson Pereira, tuvo de acompañantes a los jóvenes Patricio Araya, Rodrigo Sanhueza, Cristian Díaz y Nicolás Córdova. El Nico entró varias veces en el segundo tiempo para salvarle partidos a Benítez. En la penúltima fecha ante Concepción en Collao tuvo un zapatazo que no tocó la red, pero que fue la única forma para acechar a un imbatible meta Claudio Mele. A la postre terminaría en gol de Marcelo Barticciotto, uno que valdría como un título.

Fue un 6 de diciembre de 1998. Noche de sábado, de esas de partido televisado por TVN. A primera hora Universidad de Chile había vencido 3-2 a Huachipato en el Nacional pese a la gran actuación de Johnny Walker en los acereros. Los azules, que habían tenido un repunte heroico desde el regreso de Leonardo Rodríguez a mitad de año más la explosión definitiva de Pedro González, habían conseguido quedar líderes por un par de horas, con dos puntos arriba sobre Colo Colo. Los albos tenían a Concepción como penúltimo escollo, un Concepción que había comenzado muy bien el año, pero que las partidas de Fabián Guevara, Ramón Tapia y Cristián Montecinos habían afectado en el rendimiento.

Aún así los penquistas jugaban de local, ante 28 mil personas, y seguían teniendo una base sólida con Claudio Mele, Mauricio Pozo, Pedro Jaque, Jorge Torres, Luis Guajardo, Luis Chavarria, Gustavo Poirrier, entre otros. Colo Colo, por su parte, con lo mejor que tenía, pero con la presión de comenzar el partido con dos puntos abajo. Los lilas, con cientos de miles de hinchas azules, también se jugaban lo suyo. Necesitaban asegurar su cupo en la liguilla Pre Libertadores, por lo que arriesgaban más que el honor.

Como se presumía, el partido fue trabado. El primer tiempo terminó cero a cero y en el entretiempo Gustavo Benítez hizo saltar a la cancha a Nicolás Córdova, jugador formado en el club y que había sido clave en la fecha anterior ante Cobreloa. Benítez arriesgaba. Sacaba a Cristian Díaz de la contención, retrasaba a Espina, metía a Barticciotto de segundo delantero y a Nicolás Córdova a recorrer la banda derecha. El cambio fue perfecto.

A los siete minutos José Luis Sierra, en posición de único conductor, cedió para Córdova, en posición de carrilero. El talquino vio a Claudio Mele algo adelantado y sacó un zapatazo a tres dedos, como se lo había pedido Espina, “con dinamita”, diría el Sapito Livingstone en la transmisión. El buen arquero argentino apenas pudo manotear con una mano y dejó el balón picando. Primero no pudo Héctor Tapia, pero ya estaba en el área Barticciotto como segundo delantero. Con poco ángulo metió la pierna izquierda y la mandó a guardar. Era el 1-0 de visita, “el partido que había que ganar”, diría después el Barti. Su celebración lo decía todo. Parecida a la del gol a Boca Juniors en la Libertadores del 91 o la que tuvo ante Peñarol en la re inauguración del estadio Monumental.

Tras el partido los flashes y los micrófonos se fueron con el anotador exclusivo de la noche, pero también con Córdova, autor del 50% del gol. El Nico no haría huesos viejos en los albos y pronto partiría a préstamo a Unión Española antes de ir a hacer carrera a Italia. Tuvo uno que otro gol con la camiseta blanca, pero el que más se recuerda fue esta mitad del gol de Barticciotto.

En el último partido vendría el gol del Murci Rojas ante Iquique que terminaría por darle el título a Colo Colo. Claramente ese fue el gol del torneo, aunque un colocolino bien nacido no debería olvidar “el zapatazo del Nico” en Collao.