Daniel López, el bueno

El 10 de diciembre no es un día cualquiera para Daniel López. Ese día moría…su buen inicio de carrera en Coquimbo Unido y nacía su paso a un grande como Universidad Católica.

Rápido, aguerrido. Tuvo inicios como lateral derecho, pero de a poco se fue yendo al centro de la zaga, ya sea como stopper o líbero. En diciembre de 1991 comenzó a sellar su paso a la UC tras muy buenos años en el equipo pirata. Ascendió a Primera División en 1990 y clasificó a Copa Libertadores en 1991, de la mano del Negro Sulantay. Finalmente ese torneo lo jugaría como titular en la UC.

En 1992 se convirtió en uno de los primeros refuerzos de la UC. En la foto que acompaña al texto, el primero de izquierda a derecha junto a Rodrigo Gómez, Alejandro Kenig, Guillermo Velasco y Ricardo Lee. Luego llegarían Alejandro Glaría, José Cardozo, Jorge Gómez y Luis Pérez. Tras la eliminación de Copa Libertadores, y la partida de Reinoso y Del Solar, irrumpiría Juan Carlos Almada y volvería Óscar Wirth.

Los años 1992 y 1993 serían los mejores del Negro López en la UC, y quizá en su carrera. Defensor titular, muy amigo de Raimundo Tupper, compartió puesto con José Del Solar, Leonel Contreras, Hugo Monardes y Sergio Vásquez. Octavofinalista de la Copa Libertadores 1992 y finalista de 1993. Convocado por Arturo Salah a la Copa América de 1993, aún sin debutar oficialmente por la Roja. Ese año también hizo noticia tras ser el gran damnificado luego de que hinchas de la U apedrearan el bus de la UC antes de un clásico universitario. El Negro, que iba a ser titular, quedaría fuera del partido, pero el encuentro se jugaría igual. Otros tiempos.

Su debut por la selección llegaría en 1994. Año de dulce y agraz. Serían sus primeros partidos con la camiseta nacional (uno ante Francia y dos ante Arabia), pero en la UC perdería la titularidad ante otro “tiempista”: Miguel Ardiman, refuerzo que se afirmaría en la zaga junto a Charly Vásquez. Aún así se las arregló para jugar 14 partidos y anotar un gol.

En 1995 seguía siendo el primer suplente de Vásquez- Ardiman, y jugaría 15 partidos, anotando un gol. En 1996, tras el fin de la dupla titular, terminaría afianzándose junto a Dante Poli en el centro de la zaga, ganando la liguilla y consiguiendo el paso a la Copa Libertadores de 1997, año en que jugaría sus últimos seis meses con los cruzados, yéndose con el título de campeón del primer torneo de ese año. Era el fin de cinco años y medio de carrera en los cruzados. Ese año jugaría 4 partidos con el 4 en la espalda.

Luego seguiría su carrera en Antofagasta, otra vez Coquimbo y se retiraría en Audax Italiano, equipo donde es recordado por denunciar el uso de alfileres ante delanteros rivales, que terminaría con la partida del Clavito Godoy.

Nada de eso empañaría la buena carrera del Negro López, el rápido defensor que irrumpió con fuerza en la gestación de los 90, y tuvo recordados años en Coquimbo y la UC. Años dorados, tan dorados como un lingote de oro.